sábado, 17 de febrero de 2024

A solas...

A veces pierdo el tiempo pensando
que hacer una canción es
cómo preparar un cóctel.
Cada vez tardo más en leer un libro
y escéptica la mirada se vuelve.
 
Asique baile señorita,
hágame caso y corra la mesa.
Desmárquese de la rutina,
y ojalá se lleve bien a solas.
 
El individuo es un rompecabezas insoluble,
pero en multitud es una certeza matemática.
Las medias se mantienen constantes
mientras los individuos varían.
 
Uno no escribe invitando a todos,
no se trata de una reunión de consorcio.
Si la rima es predecible,
pierde todo tipo de efecto.
Antes de tirarla a la tribuna,
la gambeta se vuelve fundamental.
 
Asique baile señorita,
tiene permiso, pase por acá.
Bienvenido el fin de semana,
los dejo estar a solas.
 
Se trata de no gastar metáforas
ni realizar asociaciones que perdieron su filo.
La intervención poética es necesaria
sin presumir lo que no se tiene.
 
De la piel para adentro siempre cuesta,
las cosas que conmueven no están afuera
sino bien dentro de nuestros huesos.
Las canciones se disfrutan con whisky
y no agitando desde el auto.
Quizás por eso sea probable
que el deseo siempre esté en fuga.

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