Te busqué sin ánimo de
encontrarte
y aún espero sin querer hacerlo.
Te llamo en sueños para hablar de
nada,
te pienso en silencio diciendo tu
nombre.
Y así me vá, callando lo que
quiero oír,
profiriendo lo que no se me ocurre,
esquivando lo que me gustaría
que suceda y nunca va a suceder.
Con las velas rifadas
tiro el ancla en las noches
en las que te recuerdo, mientras
ahogo mis pensamientos inútiles.
Marejada y aguaceros me bañan
en recuerdos vagos de llanuras
sin sueño,
día tras día se
desdibuja el calendario
y el otoño anuncia de a poco que llegó su fin.
Esa brisa que
no deja de congelarme,
me susurra al
oído tu nombre.
prólogo de una
excursión
por los
tiempos ya idos.
Una planta del
adoquín vi brotar
y me dieron
ganas de continuar.
Soy el que intenta hacer esta
poesía
y reniega al ver que no le sale
como ayer.
Soy el que conspira esta noche en
mi contra
sinfonía interrumpida, amarga y
cruel.