sábado, 7 de marzo de 2009

Una luz en la tormenta

A mi estimado Roberto


Puedo entender como callan
las dulces e implacables sonrisas imperiosas.
Puedo pero no comprendo si me abandona algo macabro
o sucumbo, presa de asalto premeditado.

Oh amigo... que impertinencia desdeñosa
se atreve a patearnos penales en contra.

Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
siendo una furiosa luz entre las estrellas.


Sobre baldosas caen las lágrimas
cuantas voces, cuantos viajes.
Uno mas, uno menos
¿a quién le va a importar lo suficiente?.

Oh amigo... que delicada que es esa sombra
tan falta de afecto, y se atreve a mirar de reflejo.

Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
siendo una furiosa luz entre las estrellas.

Espero, hermano, en otra vida
seas tú, con forma de planeta.
El planeta que habite
el que nos sostenga.

Oh amigo... los terribles miedos a desmoronarme
los convertiría en un abrazo fraterno al instante.

Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
siendo una furiosa luz entre las estrellas.


La verdad es que quedé un tanto perplejo cuando un flaco, que casi no conozco, me mandó eso, y la verdad lloré, no sé si de dolor o de alegría, pero lloré, por primera vez fui poesía.
Sé que pocos comprenden mi jugada, y pocos la comprenderan, pero mi eterno agradecimiento a aquellos que se dan el lujo de imaginarme como estoy, triste, desesperanzado, a la deriva...
Para muchos el amor viene y va, más para mi en este momento es un puñal, la vida misma lo es...
Gracias por su apoyo, gracias, por quererme, gracias Lucas, por esta poesía....