miércoles, 22 de abril de 2009

Adiós barco mío…

Solo me encuentro en la playa de mi vida,
solo y con aquel último beso.
Contemplando estoy tu partida,
vociferando sin ganas mi saludo,
invadido de la más cruel emoción.

¡Adiós barco mío que sola te marchas!
hastiada seguro de tanto navegar.
¡Lejos!. Muy lejos, allá en lontananza,
¿qué más puede hacerse desde acá?.

Si lo deseas, yo te acompañaré,
me convertiré en una gaviota
que cual centinela te seguirá.
¿Por qué, mi barco te marchas?.
¡Que solo me voy a quedar!.

¡Adiós barco mío que sola te marchas!
contigo llevas mi esperanza.
¿Dónde te podré volver a hallar?.
Confundida con la niebla,
y alejándote a cada instante aún más,
ya ni siquiera puedo verte,
pero en ti aún no dejo de pensar.

Cuando te encuentres tan lejos,
que la tierra no veas ya,
te confundirás al fin con el azul
del cielo y la inmensidad del mar.

Noticias tuyas me cuentan las olas
noticias de cuando te vieron marchar.
¡Adiós mi barco, tristemente marchaste!.
Y yo en la playa de mi vida
espero mi desgarrante desenlace.