Abrazados, desnudos, sin sacarnos la ropa,
alejados de aquel mundo desesperado
por mostrar quienes son, para poder ser vistos.
Allí encontré la camisa que mejor le va a mi tristeza,
en el carnaval de tu alegría y el eco de tu mirada.
de ser quién soy, o quien creo ser.
Gastando entusiasmos y urgencias
que no sabía hasta que fue demasiado tarde.
confesé mis pecados en la barra de un bar.
El anhelo vanidoso de lo que quiero y no es
me convidó otra vez con un sueño en espiral.
No me encuentro, persiguiendo horizontes perdidos,
me equivoque de ruta otra vez.
pero sin embargo acá me ves.
Cuando la realidad no coincide con nuestras ilusiones
la verdad y el amor siempre son posibles.
Antifaces donde escondéis vuestras almas cómplices,
amigos en la obscura brillantez,
soledades acompañadas nos complementan en esta red.
Vagué por cientos de bares, me conocen en ciudades
y nadie sabe quién soy.
No me importa perder si es acorde a mis convicciones
el más cálido y fuerte de mis abrazos te daré,
mientras pienso que no nacimos para perder.
confesé mis pecados en la barra de un bar.
El anhelo vanidoso de lo que quiero y no es
me convidó otra vez con un sueño en espiral.
No me encuentro, persiguiendo horizontes perdidos,
me equivoque de ruta otra vez.