lunes, 6 de marzo de 2023

Te regalo un girasol…


 

Yo he visto a los amantes, aún cuando pasan desapercibidos frente a todos. Se los puede reconocer en sus gestos, en su simpleza, en la mirada que destella, en las palabras que no se pueden volver a repetir. Ahí están ellos, caminando entre nosotros… contagiando al mundo con su belleza.
Entre los amantes, los más bellos y más distantes son el Sol y el girasol, que cada día se citan a escondidas, coronando el horizonte con mares de reflejos amarillos, contagiando el hechizo de la mirada absorta ante el espectáculo de arrabal. Y allí, en mi descripción, indecible entre lo que narro, te asomás vos mi dulce y querida, iluminándome cuando te pienso y recuerdo tu sonrisa, compitiendo de igual a igual con Febo, en un campo de girasoles, donde seguro saldrías airosa en dicha empresa.
Van Gogh quiso crear doce cuadros de girasoles y no pudo. Al morir, sólo había producido siete girasoles en Arlés, Francia. De ellos, sólo cinco (dos originales y tres reproducciones) están expuestos públicamente, uno de los originales está en una colección privada desde 1948 y otro fue destruido por un incendio en 1945. Cuando uno pone la mirada en aquellas pinturas, se aprecian los aspectos que parecen fluir de un cuadro al otro. Los colores vibrantes expresan emociones de nuestra vida y la de los girasoles: aquellos amarillos brillantes en las flores (como los que percibo cuando se cruza tu mirada con la mía), a lo colores más amarronados, áridos de mustio y muerte (quizás como me encuentro en estos momentos); todas las etapas de la vida son presentadas en cada representación. A lo mejor es su técnica lo que atrae a alguien a la pintura; tal vez con cada uno de sus trazos nos permite mirar a todos los ángulos del espectro de nuestras vidas y, de uno en uno, llega más profundo a un entendimiento de cómo se conectan todas las cosas vivientes.
Por eso mi sorpresa cuando confesaste el mismo amor por los girasoles y sumaba un motivo más a mi desvelo por vos; amor de un girasol ciego, marchitándose por no poder ver al astro al que le dio su amor.