miércoles, 15 de abril de 2009

Caducó…

Siempre sofisticado y con snobismo dialéctico, siempre queriendo sobresalir (cuando no puede), siempre con el mundo en contra, siempre sufriendo ser quien es, siempre jugando a ser maduro, siempre engañando a los demás con discursos, signos y premisas que a veces él mismo fabrica para no quedar en evidencia.
Golpeándose la cabeza una y otra vez, queriendo lo imposible, anhelando lo increíble, pensando ser un mesías, mírenlo, ahí lo ven caminar, con toda esa rutina cargando su humanidad, al final ¿entiende que no está bueno actuar?.
Y ahora que se terminó tu juego, ¿qué es lo que harás?, ya no existe tal farsa que supiste concretar, al final esas malditas vacaciones donde creías encontrar la paz de nada sirvieron, sólo te mostró lo que ya sabías, la mediocridad, lo caduco de un libreto que nunca escribiste bien y hoy te deschava.
Y buenos Aires te golpea, te asfixia y saca la mierda que hay en vos, nada podrás hacer contra ello, tal vez estés pagando por lo que te creíste ser, cuesta el dormir, cuesta el laburar, cuesta ver a los amigos, ¿nunca te preguntaste por qué será?. Eso si, es feo que cuando al fin pudíste concretar el anhelado sueño, un sacudón te despierte en el transporte público que tanto te dio.
Todo sale a la luz, tarde o temprano, todo se sabrá… ¿Te animarás a reconocerlo?.
Y acá yo viéndolo desde lejos, entendiendo y no tu proceder, advirtiendo que las máscaras no son para siempre y la verdad siempre sale a la luz, pero cuidado, no vaya a ser que la verdad te apabulle y vuelvas a recaer. El peor juez que tenés es el tiempo y vos mismo, ojalá encuentres una salida a tu caduco momento.