miércoles, 31 de marzo de 2010

Desvelo…

Pasé una noche de terror, no pude escribir, ni pensar, aunque intenté muchas veces empezar algo.

Musité algunas frases empero… aquí estamos aún. Recuerdos de la adolescencia volvieron a golpear la puerta también, los dejé pasar y una frase vieja apareció: “Éramos pájaros libres, librados al viento”.

De la nada un pedazo de poesía invisible que sólo yo conozco bien y nadie se entera, la alta temperatura que se invita sola a esta fiesta, entretanto me pregunto si me recordás, pero si sabés que ésto es para ti, y vos sabés que me refiero a vos, intuyo que si estoy allá, a la vera de tu olvido, y no está mal que así sea, la vida debe continuar para los dos, y cada uno debe concentrarse en sus propias luchas, mientras uno de los dos (o los dos) improvisa como encontrar eso que busca y nunca logra hallar… vaya enigma me/nos puso la vida. Y lo siento por las sonrisas que perderemos y por las veces que metí la pata pero ya ves, así son las cosas.

Dumbledore muere en presencia de Harry Potter, en la radio suena Sabina que dice que lo envenena los besos que vá dando, afuera se escucha el chillido de una botella de cerveza mientras dos adolescente se ríen de sus restos astillados, a lo lejos también se escuchan dos silvidos respondiéndoe mutuamente… intuyo que es el avance del idioma de los watus que ya superaron la barrera del habla al trascender el lenguaje hablado por el de los silbidos. Mientras eso ocurre pienso que hay modificaciones, cambios, acentos que se van corriendo de un lado a otro… de repente esa frase vieja apareció: “Éramos pájaros libres, librados al viento”.

Pensar que ya no vuelan…

miércoles, 24 de marzo de 2010

Sobre sueños y ciencias…

El hombre es una nada tirada a sus proyectos.

Hay gente que nace sabiendo que la libertad es para uno y a esa gente no hay que temerle en lo más mínimo, sino apoyarlos y darles valor para continuar.
La carne brindaba su recital en la parrilla aquel 29 de octubre, dos adolescentes y un propósito concluyeron esa misma tarde en aquel descampado lugar, una salina que servía de oasis a sus anhelos. Claro está que no fue azaroza su eleción, como tampoco era estocastico el motivo que los reunía. Pablo arengando le profirió a Nestor: “La superación y los nuevos objetivos llegarán como resultado del logro alcanzado en las misiones precedentes”… demás está decir que esa tarde todo terminó en un estrepitoso fracaso y en un gran incidente. Lejos de detenerse en su afan, ambos empezaron a desarrollar y estudiar Métodos Operativos de Trabajo para bajar el riesgo en tamaña empresa.
El pacto era así, Pablo se encargaría del estudio y cálculo termodinámico, y Nestor además de complementarlo se encargaría de la construcción del segundo prototipo. Lo que si estaba claro como eje directriz era que ninguno de los dos abandonaría l proyecto hasta haber concretado el éxito. De esta forma, pues, la metodología de trabajo aplicada al proyecto resultó en un componente impregnado de filosofía científica (cuando no aplicación directa) y el otro componente se basaba en administrarse como un factor de seguridad constante, dado que no querían que se repitiese el episodio sucedido en el primer prototipo.
Pablo se cansó de Carnot, la entropía, la entalpía y las integrales termodinámicas, a la vez que Nestor hacía maromas con sus diseños para lograr un baricentro perfecto y así no comprometer al segundo prototipo, así ambos lograron establecer que tipo de combustible usarían, el tamaño del segundo prototipo y como lograr ponerlo en marcha. Pero allí era donde se complicaba la cosa. En Chamical, Provincia de La Rioja, era muy difícil conseguir acero de la calidad necesaria para el proyecto (llámese un acero tipo SAE 1030), ni que hablar del reductor y del oxidante necesarios para lograr el éxito.
Por suerte un tío de Nestor trabajaba en FM (Fabricaciones Militares) y evadiendo algunos controles que para la época eran escazos lograron conseguir de manera muy barata los elementos necesarios para lograr que funcionase el segundo prototipo. Ahora faltaba el acero que por aquel entonces era carísimo. Los dos cuando salían de la escuela iban a trabajar, Nestor iba con su padre a los viñedos que tenía su familia, de esa forma conseguía algo de plata para juntar con Pablo que realizaba quesos de cabra junto a su madre que luego vendían en un paraje siguiendo la ruta de los causillos a unos kilómetros de la ciudad. Luego de unos aclarados (y no tanto) meses reunieron el dinero suficiente para comprr una barra del preciado acero.
No había día que sus compañeros de la secundario no se riéran de ellos, tomándolo como locos, o burlándose de su proyecto, situación que más de una vez hizo que Nestor se replanteara su continuidad en aquel emprendimiento, sobre todo cuando descubrió que no había ningún torno “operativo” en su ciudad… El proyecto debe concluir dijo Nestor y así fue…
En realidad por unos meses, cuando el Estado Nacional entregó dos flamantes tornos nuevos a aquella escuela fábrica, fue allí cuando ambos decidieron seguir adelante con su sueño. Nestor sabía como usar un torno sólo en teoría, ya que había conseguido unos manuales en la pequeña biblioteca de su escuela donde explicaban someramente el manejo de aquella máquina herramienta; pero con la ayuda (y complicidad) de un maestro9 llegado de Buenos Aires para enseñar el uso de esa máquina nueva, logró tener gran habilidad en poco tiempo.
Tras hacer los calculos, concidieron que con la barra que compraron alcanzaría para construir cuatro nuevos prototipos, sobrando por otra parte reductor y oxidante para dos prototipos más. Así fue que los cuerpos estaban maquinados, al igual que los estabilizadores, pero lo más complicado era la tobera. Luego de calcular el diámetro máximo y la reducción en el medio de la misma, Nestor pidió ayuda a su maestro para que la torneara, y usando las instalaciones educativas por la noche, realizó seis toberas con sus agujeros calibrados. Ahora sólo era cuestión de armar las distintas piezas por separado.
Es menester resaltar que ni ellos sabían al riesgo que estaban exponiéndose, empero nada les impidió a realizar aquella segunda prueba… el resultado… una explosión estrepitosa.
Cuentan algunos lugareños que andabaperdido por la zona un oficial de la Fuerza Aérea en auqel lugar cuando se realizó el lanzamiento que siguiera al fracaso. En sus memorias narró:
“Pude ver como ese cilíndro plateado, vencía la fuerza de gravedad sin esfuerzo, a sus costados pequeñas alas color celeste guiaban el camino siempre ascendente de aquel cohete que mínimamente alcanzó los 1000 metros de altura, dato éste que corroboré conel tiempo al realizar los cálculos de trayectoria, a la vez que una estela blanca marcaba el camino oblícuo realizado por el proyectil”.
Cuenta la historia que el oficial quedó tan impresionado que a su retorno en Buenos Aires comentó lo vivido a un superior… no fuie muy difícil hallar a Pablo y Nestor, y a ambos la Fuerza Aérea los becó para estudiar ingeniería aeronáutica en Córdoba.
Algunos dicen que el Centro de Experimentación de Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA-1 Chamical) fue gracias a estos muchachos que antepusieron sus sueños a sus limitaciones.
Chamical se convirtió en el primer sitio de lanzamiento de un cohete para el estudio de la alta atmósfera en latinoamérica. Pablo y Nestor consiguieron graduarse de Ingernieros Aeronáuticos y participaron de varios proyectos de cohetes en la Fuerza Aérea Argentina (FAA).



Este escrito está dedicado a los hombres que hicieron de la búsqueda de los sueños y de las ciencias un destino; del esfuerzo y la seguridad, un camino imprescindible, y de la lealtad, un culto que trasciende el tiempo, las diciplinas y la muerte.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Desamores en tiempo real…

Luego del malentendido de mierda, el dramático desenlace… ella colgó su pensar a través de su computadora a su Facebook, inmediatamente él empezó a disparar comentarios a granel, como si con simples “te amo” escritos en un teclado pudiese disuadir la malograda suerte y convencer a la persona desencantada que lo que ocurrió no era cierto; un último acto desesperado, simplemente eso.
Claro, ustedes se preguntaran, ¿qué me está contando este chabón?; la respuesta no es fácil, pero lo trataré de simplificar. A veces me pasa que hay situaciones que me sorprenden y esta, si bien es cierta y me tocó verla en tercera persona, me shockeó por demás, seguramente no hubiese sido así si yo no lo hubiera visto minuto a minuto y palabra a palabra.
Él inmediatamente tomó su celular y comenzó a grabar un video extenso, en el cual al borde de las lágrimas y encerrado en el baño de su casa para que nadie lo viera y oyera, contaba brevemente como se habían suscitado los hechos que terminaron concluyendo en una serie de acontecimientos tan enredados como un ovillo de lana, por ponerle un sentido literal. Daba vueltas, la voz le tiritaba, le temblaba el pulso, apenas podía enfocarse en la lente de aquel teléfono de última generación que se reflejaba en el espejo; y claro, algunos nos olvidamos lo que es el amor a los 14 años, ese torrente de fascinación por el otro, ese enamoramiento primerizo que busca explorar lo que es el sexo opuesto y fantasea con situaciones comunes entre dos seres, que si bien uno lo sigue teniendo de más grande, no se repite nunca como en la primera vez, una suerte de temple es el que lo protege a uno y nos permite abrigarnos de tamaño derroche de sentimientos.
Tengo miedo de perderte amor de mi vida, te amo mucho, sin vos no sé como seguir viviendo, eran las palabras que esgrimía mientras le contaba que el ex novio de ella se le acercó y le dijo que ellos se seguían viendo. Ese cuento fue el detonador de su llanto y la rápida conclusión de su mensaje oral y visual a la vez.
Fue para mi inevitable seguir por al menos unos días como terminaba esta novela catastrófica. Lamentablemente no terminó del todo bien... cuando el caballero que llevaba la espada del tiempo dio un certero ingreso en el corazón de los sentimientos.
A los tres días ella estaba con un flaco nuevo que vive a la vuelta de su casa… él… bueno, el siguió implorándole amor.

miércoles, 10 de marzo de 2010

A mis héroes…

Naturalmente sabrán que mis héroes no nacieron en el planeta Kryptón, tampoco corren muy rápido con sus pies, no vuelan en un avión invisible ni fueron picados por una araña y gracias a ello deambulan por la ciudad colgados de sendas imitaciones de telaraña desde los edificios más altos del mundo. No, por suerte son más normales, aún los que son llamados súper héroes (si es que Batman, Indiana Jones y El Zorro lo son).
Ya desde pequeño me dí el lujo de crecer con héroes distintos a los de mi edad, incluso a los de mis amigos más cercanos que hoy están distantes por distintas cuestiones de la vida (Marquitos, Lean y José, los voy a recordar siempre), eso si, los Caballeros del Zodíaco marcaron una era en nuestra infancia ¡que joder!. Pero con mis constantes cambios de colegios y mis lecturas en la casa de mi abuela, donde abundaban (abundan) libros y revistas de toda índole, fui conociendo a Fangio, Belgrano, San Martín, Bolivar, a Sucre, a Borges, a Cortazar y lentamente éstos, fueron ganando mi mente y mi imaginación, más aún con la llegada de la adolescencia y mis maratónicas noches de lectura sin cesar. Pero en el fin de mi infancia y el comienzo de mi adolescencia también descubrí la radio y desde ese entonces Lalo Mir ocupó el podio de ese medio de comunicaciones, sin olvidarme de Victor Hugo, López Foresi, Larrea entre otros tantos que no me vienen a la memoria y creo que es vano esforzar un recuerdo para nombrarlos si la idea se entiende de todos modos.
Y la lista se agrandó al empezar a estudiar el tema del conflicto armado de Malvinas; y la lista de héroes creció mucho más de a poco con cada relato, con cada anécdota, con cada párrafo leído de historia; una profunda emoción me embarga cuando hablo de ellos o toco ese tema y como se convirtió en una pasión con el correr de los años, a veces me exaspero un poco cuando alguien dice cosas por ignorante o por que se comió la versión inglesa… claro está no puedo cambiar al mundo, pero si puedo generar interés, y quizás ese interés bien enfocado logre cambiar de parecer a esa persona, y eso señores no es más ni menos que una transmutación, no sólo para mi, sino para aquella persona y para aquellos héroes que dieron su vida por una causa y no por que fueron mandados a luchar por un Gral. borracho… creo que la historia no va a soportar mucho tiempo más esa versión.
A mis héroes los admiro pero no los idolatro, trato de hablar de ellos cuando sale el tema y me cuido mucho de no andar imponiéndoselos a nadie, como ahora que les estoy haciendo este pequeño homenaje con ganas de ser bien redactado.
Ya sé, me vas a decir que salvo Batman y El Zorro, los demás son personas normales, y la respuesta es si y me alegro que así sea.





Quizás vos también tengas muchos héroes o tal vez uno sólo… estaría bueno que me cuentes su historia... Tal vez lo sume a mi lista.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cosas de familia (en tiempo pasado)…

Mientras comíamos mi pierna derecha acariciaba su entrepiernas a la vez que su madre me alcanzaba un poco de ensalada; y claro la mesa era grande y en Castelar estaba toda la familia reunida, disfrutando de aquel asado que el abuelo había hecho con mucho esmero y que estaba delicioso para serles franco. Su hermanastra mayor me acariciaba la pierna izquierda mientras yo hacía maromas para no ser descubierto por alguien en la familia que utilizando la agudeza visual terminara percatándose de esa situación promiscua.
A todo esto el hermano menor de ella hacía chistes sin sentido que algunos por ser tan estúpidos terminaban causando algo de gracia, claro está que no por el chiste, sino por la situación y las voces que ponía él mismo al contarlos. La primita de tres años corría y gritaba alrededor de la mesa, la tía (la del medio) y a los gritos, le pedía a la nena que se calmara y toda vez que podía me guiñaba un ojo… con complicidad yo siempre sonreí, y les confieso que siempre me gustó la tía del medio, la mayor jamás me cayó bien y la menor tenía actitudes totalmente despreciables para con la humanidad entera.
El abuelo sacó los chorizos y la hermanastra escudada por el largo mantel que cubría todo, aprovechó para bajar el cierre del jean que estaba usando e introducir sus largos dedos por allí; me esforcé mucho para no mirarla y para que nadie se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, a todo esto ella empezó con su pierna a buscar mi entrepierna que a su vez estaba ocupada/excitada con las manos de su hermanastra. Con un gesto afable pero imperioso le pedí que no lo haga y de esa forma tuve tiempo para sacar las manos de su hermanastra de mi pantalón (y no tanto).
Tras el atracón, salí a fumar un cigarro en el pequeño jardín/garaje que daba hacia donde estaba la parrilla, ella había ido al baño lo cual era bueno, ya que de esa forma no me criticaría por salir a fumar. En el jardín estaba la tía (la del medio) que empezó a acercarse peligrosamente, entonces la sorprendió ella apareciendo de la nada y preguntando: -¿De qué hablan?. De nada fue la respuesta al unísono. La tía se alejó y ella se quedó un rato conmigo, pero con desgano dado que estaba fumando. No terminé el cigarrillo que ya estaba solo en ese patio. El sol era fuerte al igual que la temperatura, pero la misma se vió acrecentada con una discusión entre hermanas que caldeo el ambiente de forma temible, por ende decidí buscar una copa de vino y encender otro cigarrillo, repitiendo la operación de volver a aquel patio.
La cosa se puso tioca cuando la hermana menor rompió una botella de vino contra un mueble y toda la familia corrió a calmarla, la circunstancia se fue de las manos en aquel lugar, consternado y no menos sorprendido, la agarré a ella del brazo y nos fuimos a la placita de aquel barrio. Lloraba, lloraba mucho y puteaba a su familia en general, yo la miré con ternura y la abracé todo lo que pude, hasta que me decidí y tomados de la mano volvimos a la seguridad de mi casa gracias a aquel tren que siempre me sirvió de transporte para ir o volver del oeste.
Una vez en mi casa, ella procedió a bañarse mientra yo preparaba unos mates.
Son cosas de familia atinó a proferir como primera palabra. Sonreí y nos quedamos tomando mate en silencio durante una hora aproximadamente.