sábado, 30 de abril de 2011

Cuando te ibas (en tiempo pasado)…

Cuando más aprendes, es al enfrentar a un oponente que te pueda ganar

Richard Bach.



Ayer cuando te ibas, hubiese querido permanecer abrazado a vos, aunque sea un rato más, hubiese deseado que no te marcharas o hubiera marchado contigo, para no estar contando las horas de tu regreso, que sé no sucederá jamás. Para no encontrarme tan solo y tan vacío, hundiéndome en obscuros abismos donde confluyen el mar de la desesperanza y el mar de la soledad.
Ayer cuando te fuiste, ese loco alegre que vos conocés enfermó de tristeza en el andén de la estación despedida. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Aun así, con su mirada empañada y su corazón en llanta, emprendió un largo camino desconocido y con destino incierto.
Si no te hubieses ido, hoy no estaría inquieto e impaciente. Navegando en un océano de torpezas, donde nada pero nada me alegra. Estas cuatro paredes son testigos fieles de mi insoportable soledad, son como barrotes de prisión, que no dejan escapar tanto amor guardado, tanto amor sincero esperando brotar.
Ayer cuando te ibas, te llevaste contigo mi brújula, y hoy no tengo otro camino más que aquel que me lleva de casa a la facultad.
Ayer cuando te fuiste, borraste del mapa a mi ciudad, me siento solo y perdido, busco algo y no puedo hallarlo, no puedo ubicarme por ningún lugar, doy vueltas en círculo, me hallo para volverme a perder, gasto suelas caminando hacia la nada y aquel pensamiento recurrente susurra...
Que linda fue la forma de despedirte, diciéndote adiós, a el te confío, en el te guardo en el obscuro día del adiós cuando te ibas.

En este sábado gris en el cual me encuentro enfermo tras varios días, decidí colgar una que estaba arrumbada en una vieja carpeta de mi PC y que redescubrí esta tarde. Ojalá les plazca.

miércoles, 13 de abril de 2011

Arroyo Ventana…

Del Ventana al Sauce Chico
hacia el sur navegan sentimientos,
pluvial impronta, sereno tu caudal.
Zigzagueante belleza escondida por momentos
y revelada por Sol y Luna tras cada lluvia.

Pintorescas sierras marcan tu andar,
bajo el Destierro Primero
tu sabes hacerte notar.
En tus orillas la calma supe encontrar
cuando mis pies confuindiéronse
con tu agua y fragilidad.

Querido Arroyo Ventana
nos encontramos una vez más.
Querido Arroyo Ventana
a tu vera me puse a soñar.

Tuve la suerte de no encontrate dormido,
temeroso de en tu correntada naufragar;
ya no temo a lo que venga,
compartiremos una noche más.
Se despereza la esperanza de a tu lado
una nueva vida comenzar,
se despabila la idea que lejanas tormentas
no sepan nuestra unión derrumbar.

Querido Arroyo Ventana,
Percas y Truchas te acompañarán.
Querido Arroyo Ventana
de ti ya no me quiero alejar.