miércoles, 1 de abril de 2009

Charlando conmigo después del adiós…

Las convicciones son un lujo que sólo se pueden dar los observadores, y aunque yo soy un observador bastante bueno, no las tengo y a decir verdad tampoco las quiero en este momento.

Hace rato que no tengo ganas de vivir, quizás por eso no hago nada, literalmente, no me nacen las ganas de hacer nada, no puedo, no quiero. Sé que es muy difícil de explicar y si nadie lo va a entender, mejor ahorro trabajo y le ahorro el tiempo a aquel “interesado ocasional”.

La pregunta es: ¿Y ahora che?; ¿Cómo te ves?; ¿Qué pensás?; ¿Cómo vas a encontrar las ganas para lo que se viene?... tristemente no lo sé… la política del fracaso ha fracasado y la de hacer las cosas por convicción y por amor también, aunque dudo que al último lo pueda abandonar. Y es que no lo entiendo; por un lado creo haber hecho las cosas bien, creo que hasta lo merecía, me inventaba imágenes y no dudaba en que podían concretarse, que tranquilamente pudieron haber sido ciertas (resultaron no serlas) o en esos sueños tan reales donde estabas ahí, siendo mi compañera de ruta. ¡Ay!, por favor, ¡siento que pateé al arco y pego en el palo che!, que partido chivo.

Pero la vida no entiende de filosofía, la vida entiende con los hechos y a los hechos me remití, confesión de parte y a otra cosa para ella (la vida), un nuevo dolor, una nueva tristeza, un nuevo empezar desde lo más bajo que estuve en mi corta existencia. Y se va a complicar más, por que una vez que uno descubre lo excelso, se va a dificultar mucho encontrar alguien así o similar, si es que verdaderamente existe, aunque no me voy a poner a filosofar al respecto, pero va a ser inevitable no realizar comparaciones, aunque eso nunca es bueno y no lleve a nada.

Hoy me descubrí pensándote el 75% del día, también frené un sms que estaba a punto de enviarte, hice caso omiso a 4 te quiero, y a no menos de 5 te extraño…

No más whisky en mi petaca, no más petaca en mis noches, no más faro guiando mis noches…




En esta triste fecha, mi recuerdo y homenaje al presidente que gobernaba cuando nací y que garantizó pacificamente el retorno a la democracia. Mis respetos Doctor Raúl Alfonsín.