miércoles, 3 de noviembre de 2010

Un tal Néstor…

Me baso en los dichos de otro, como ser el presidente venezolano Chávez, una persona así no muere, cierra los ojos y vela desde el cielo y vaya si lo intentó cuando estuvo aquí.
No quiero caer en esa adulación pos mortem que existe o impera en mi país desde que grandes personas que marcaron el siglo que nos antecede se fueron (por nombrar a Sandro, Fontanarrosa, la “negra” Sosa) o al mismo Alfonsín a quien siempre le quedé debiendo un homenaje y que llegado el momento lo haré. No damas y caballeros, no quiero caer en eso ni quiero que este escrito sea interpretado de esa manera, ya que esa no es la idea, ahora pues, si vas a leer esto con preconceptos, lo mejor, o mi sugerencia es que te evites la molestia y busques algo mejor en Internet, que seguro tendrá cosas más importantes o mejor redactadas de lo que se pueda encontrar por aquí.
Yo no me olvido de tus méritos, llegaste con el 22% y te fuiste con el doble o más, le devolviste a la imagen de presidente el valor que había perdido con la casi infinita sucesión de presidentes que te antecedió; asumiste con todo el congreso en contra y demostraste que eso no es condicionante para gobernar… te repito, yo no me olvido como se escupía o se le tiraban huevos al congreso y diputados/senadores cuando asumiste; no me extraña mirando hacia atrás como en poco tiempo todo eso cambió. Hiciste de tus ideales una política de gobierno: la alianza estratégica de América latina, devolviéndole al país el papel preponderante que siempre tuvo en la región, superando aún a la supuesta “potencia regional”; lograste que aquella pobreza del 50% se redujera a poco más de la mitad en tu mandato, dignificaste la educación, la salud, la investigación y desarrollo con el presupuesto más alto de la historia, lograste, sobre todo eso, lograste que vuelvan aquellos que se fueron a investigar a otros países, y lo que es mejor, repatriaste a los que se fueron a Europa u otros destinos cuando no encontraron más posibilidades aquí. No me olvido de las caras que había cuando asumiste y de las que veo ahora, con una sonrisa o apostando a comprar autos, viviendas, electrodomésticos o lo que sea.
Pero no quiero hablar de los que algunos advierten, no, eso no sería un homenaje digno, lo mejor es que hable de lo que yo viví, sentí/siento o pienso. Por vos me volvió la sonrisa, la esperanza y las ganas de apostar y tener proyectos personales, sin darme cuenta comencé a militar (muy a mi manera) y a incentivar a los jóvenes que hablen al menos de política, siempre brindando con el ejemplo que nos dejaste, pero remarcando los desaciertos que todo los gobiernos tienen, imaginarás querido Néstor, que no se puede complacer en un 100% a las personas.
Me enseñaste, lo más loco es que nunca advertí a partir de cuándo, pero me enseñaste que la política de redistribución es posible en nuestro país… vaya si lo lograste y estoy orgulloso de ello. Vos lograste cumplir dos grandes sueños, el primero cancelar la deuda con el FMI, recuerdo aquel año 1999 cuando estando en el primer año de la secundaria, hablaba del FMI con mi profesor de Educación Cívica, el abogado Caruzo y entrábamos en una suerte de círculo vicioso discursivos con argumentos totalmente válido para ambos y un respeto mutuo enorme flotando en aquella aula de 1º 7º, justo la primera a la vuelta del pasillo que está en el primer piso. El segundo sueño que me cumpliste fue cuando llamate al pueblo a no comprar a aquellas empresas que aumentaron sus precios (recuerdo Shell sobre todo), siempre quise que un presidente realice un llamado como ese al pueblo… lástima que nada sucedió…
Mi viejo en ese mismo año 1999, decía que le gustaba la idea que seas presidente, en 2003 lo conseguiste y no lo defraudaste, no hay día últimamente que no hablemos de vos, calculo que será su homenaje.
Néstor, querido Néstor, estos últimos días me emocioné mucho, pero de verdad eh, varias lágrimas y nudos en la garganta se presentaron sin aviso al ver a los jóvenes despidiéndote, al hablar de vos con mis alumnos o simplemente viendo la televisación de tu velorio, hasta en este preciso momento un fuerte nudo tengo en la garganta y ruego no ver tu imagen en la tele para que no se note la fragilidad que causó en mi tu paso a la inmortalidad.
Si, a la inmortalidad, por que a partir de tu legado hay un antes y un después, tu nombre y apellido quedará marcado en la historia de mi país como uno de los presidentes progresistas de la historia moderna como Frondizi, Illia o el mismo Alfonsín.
Ahora al igual que desde hace un tiempo atrás seguiré apoyando más que nunca esta causa, esta transformación, este gobierno, esta esperanza… Gracias Néstor por tu legado, apoyaré a tu mujer utilizando todas las herramientas de las que disponga, gracias por dejarnos a ella continuar con este legado, dirigiendo el rumbo de más de 40 millones de personas y mostrando que aún estamos en el mundo, aunque muchos se empecinen a decir que ello no es cierto.
Este es mi homenaje, por cierto muy humilde y no a la altura que las circunstancias requieren, este escrito está dedicado a vos, a una persona que hizo su pasión una forma de vida, aunque ella misma se le haya escapado por culpa de esa pasión, este relato habla de mí y de un tal Néstor.

Siempre en mi mente de hace un tiempo en adelante.

Así sea.