miércoles, 5 de noviembre de 2008

Crímenes…

Tenemos que encontrar la manera de reconstruir la escena del crimen. Sentenció el Principal de la PFA al ver ese cuerpo tendido ahí. La certeza que tenemos (hasta que llegue el SAME, aclaró) es que quedó bien fiambre el pobre, asíque, Ayudante, tome nota de lo que va encontrando y avíseme si encuentra algo llamativo. Si señor, dijo el ayudante, y de inmediato comenzó a revisar esa habitación.

Siempre hace todo mal, todo al revés, seguro quiso hacerlo así esta vez, irrumpió en la habitación una persona de tez trigueña pelo largo y con una barba de tres días por lo menos.

-¿Quién es usted?. ¿Cómo lo dejaron pasar?, preguntó el Principal.

-Inspector Álvarez, dijo aquella persona, y continuó, yo lo conocía, era amigo mío. Justo estaba cerca cuando escuché por el handy la dirección y me apersoné, espero no le moleste Principal.

-No hay ningún problema Inspector, me presento, soy el Principal Duino y usted me serviría de mucho en esta investigación, dijo mientras le estrechaba la mano.

-Tengo varias teorías en mi cabeza... Obvio que ninguna tiene un buen sustento argumentativo, a decir verdad a veces ni él lo tenía, dijo Álvarez. Siempre me pereció que él mismo complicaba su existencia y más de un bochorno lo he visto pasar. Dependiendo de quien lo vea era bueno o malo, nunca se cayó nada lamentablemente, así más de una vez demostró cuan imbécil era, aunque estoy seguro de que algo callaba. Últimamente estaba muy ilusionado, pero como que lo empecé a notar cada vez peor, ¿comprende Principal?.

-Comprendo, ¿estaban peleados ustedes?, interrogó Duino.

-Para nada, pero tampoco nos estuvimos viendo mucho, él estaba muy ocupado con sus cosas y ponía esmero en esa chica….

-¿Qué chica?, ¿tenía novia?.

En ese momento, interrumpió el ayudante. Mi Principal, mire lo que encontré, y enseñaba sus manos una rosa blanca y una pequeña epístola.

-Léala, profirió Álvarez con un tono un poco intempestivo.

-Mi niña, me estoy cansando de coser heridas… eso dice solamente, agregó el ayudante.

La ilación de sucesos se volvió confusa en ese momento.

-Alguna vez alguien me contó que solía mirar las estrellas y que esperaba a “esa persona” que no dejaba conocerse. Dijo murmurando Álvarez…. Pero… (titubeo) ¿Cómo era que se llamaba?....

-Roberta!!!!, yo me acuerdo que una vez lo jodí, era loco que un Roberto salga con una Roberta.

-¿Tiene usted algún dato de esta tal Roberta?, preguntó Duino, interesado.

-Por supuesto, ya le paso su dirección, pero entiéndame Principal, no va a poder hacer nada ni usted ni la justicia por éste caso, es más me animaría a decir que es una causa perdida.

-¿Qué dice?, preguntó Duino anonadado y dubitativo.

-Pues claro Principal, es muy simple, nadie jamás fue preso por matar las ilusiones que se hace un pobre boludo, déjelo así, eso que está viendo es un muerto en vida, cuando se le pase la resaca, volverá a vivir y mañana la historia se va a volver a repetir, se lo aseguro, al menos que de una vez se decida a hacer lo que debe hacer (esperemos se anime y sea pronto), y sino no queda más que pedir que pueda olvidarla y que navegue así en los mares del olvido.