miércoles, 4 de noviembre de 2009

Atreverse…

Nos han hecho creer durante mucho tiempo que la esperanza es lo último que uno debe perder (o resignar, a gusto y piacere del lector en este caso). Y así nos mantenemos víctimas pasivas, cuya única salida es la queja y la indignación, mientras seguimos esperando, o muchas veces intentando que el mundo sea lo que queremos que sea, sin embargo la esperanza es lo primero que uno debe perder para empezar a aceptar la propia responsabilidad, una larga semana me ayudó a reparar en ese tópico.
Si esperaban que escriba algo nuevo, mal hecho, lo lamento che. Lo estoy haciendo, pero podría no haberlo hecho nunca. Podría haber muerto o resucitado por novena vez, o haber decidido no escribir más, o no escribir nunca más en este blog, o irme de vacaciones, o encerrarme durante meses a practicar matemática, física o desempolvar aquel libro olvidado rogando que la creación me ilumine por un momento y escriba algo maravilloso u otro fracaso más. No estoy aquí para cumplir las expectativas de nadie, eso lo saben bien, apenas logro cubrir las mías. Estoy aquí y ya. Pero estoy empezando. No soy ya el mismo que escribió todo lo anterior. Así que... ¿a quién esperaban?. Yo ya no espero nunca, ni a ustedes mis lectores (fieles u ocasionales) ni a nadie, ya me cansé de tanto esperar si es que se entiende lo que escribo en estas líneas... Gozo con ustedes cuando están, cuando deciden estar, a pesar que jamás me entero, pues no tengo forma de saber quien ingresa o no a este lugar y créanme, no me preocupa demasiado tampoco.
Otras veces nos contamos a nosotros mismos que estamos esperando unas condiciones mejores, un momento ideal, que recule el chaparrón, haber "superado" ciertas cosas, estar "preparado", saber lo que uno "quiere". Nos contamos todo tipo de excusas, hablamos mucho, nadie sabe a ciencia cierta todo lo que hablamos para no hacer lo que tememos hacer, que siempre es lo que más deseamos hacer por difícil que sea, por más obstáculos que haya. Y sin embargo la única forma de dejar de temer es hacer. La única forma de aprender algo es aprendiéndolo. Es el saber el que crea aquello que se sabe. Se trata de atreverte a saberlo. No hay proceso. No hay tiempo.
Soy el comandante de este barco transoceánico que atraviesa los mares del pasado y se aventura de a poco al futuro, y como están las cosas en el planeta Tierra, espero que me sea leve, este escrito es una suerte de celebración de los días por venir.