miércoles, 3 de junio de 2009

Mamá…

El viaje a Sierra Chica se me hizo interminable, menos mal que me tocó del lado de la ventanilla, de todas maneras, al ser un viaje de noche mucho no pude ver, aunque la luna estaba enorme, iluminaba todo el campo y las lejanas sierras que había al costado de la ruta; y las estrellas… las estrellas se veían como nunca, hubiese deseado que ese pensamiento no me atosigase durante todo el viaje, aunque debería haber estado más preocupado por mi destino luego de ese viaje que tanto disfruté y no a la vez.
Mamá, mi encierro es hoy mismo, ya no sé que hacer para que me puedas perdonar de alguna forma, te sigo esperando, sé que no me vas a fallar. Tengo ganas de gritar a los cuatro vientos, por favor perdóname de alguna forma, esta noche me cuesta horrores dormir y tengo el corazón palpitando a mil. Con mi compañero ya sé que no me voy a llevar muy bien, escribo en un cuaderno usado, frases que a nadie le importarán. Y ya sé, es repetir el mismo modo de operar de ayer… ojalá pudieras entenderme un poco más.
Desde acá prometo que puedo ser útil y de alguna manera ayudar, yo ya sabía que esta noticia no te iba a gustar, comprendo que esto no es para cualquiera, es muy difícil de asimilar; y me paso las noches gritando en silencio: “mamá mi abogado me cagó”, y acá estoy encerrado en Sierra Chica, con un compañero que no conozco ni quiero conocer, me cuesta horrores dormir, y aún tengo aquel peso de que me veas igual al preso que fui hace algún tiempo atrás.
De todas maneras sabés que esto no es como ir a la guerra, de alguna forma entendés que voy a volver, aunque aún siento aquel martillo y la sentencia en mis oídos, comprendo que el juez no entendió mi alegato final y sé que se dejó llevar solamente por mi historial policial, pareciera ser que nada importa, que todo les dá por igual.
Nada puedo justificarte mamá, pero quiero que sepas que sos la médico que todo lo cura, sé que mi cicatriz haz de sanar, de alguna forma mi veneno vas a extirpar, sin juzgarme, comprendiéndome, sabiendo la esencia de lo que soy, mis valores y lo que busco ser, o al menos eso espero que entiendas de alguna forma, aunque sé que es difícil y cuesta en demasía.
Pero también cuesta dormir en esta noche, duele mucho estar en este lugar, aún no me acostumbro a este colchón flácido y rústico, jamás tuve uno así, ni siquiera en el correccional. Prometo que con ésta voy a aprender… siento que me desangro en vida, jamás lo entenderás, pero es así, es un dolor que pocos humanos saben interpretar y comprender.
Trataré de hacer lo posible para dormir e intentaré tapar el dolor de todo lo que nos dijimos ayer a la noche, cuando nos despedimos para siempre mamá.