sábado, 25 de abril de 2009

El adiós después del adiós V…

Sigue teniendo el mismo problema que viene teniendo desde hace unos meses, ese problema superlativo tiene nombre y apellido, y aunque trate de negarlo ya son varios los que lo saben, e intentan ayudarlo de alguna forma… como si eso cambiara algo, aunque en vano intentan ayudar, por supuesto que él lo sabe, lo comprende a la perfección, pero se siente más allá… quiere algo más que las palabras ya clásicas que el folklore popular ya tiene instalado en el vocabulario de cada porteño y que se adapta a cualquier tipo de situación, sea de la índole que sea. Siempre se molestó por esas cosas y aunque ahora también le molesta, le da menos importancia.
Escuchó de todo en estos días:
“Cortala de una vez!, esa flaca no te hizo ni te esta haciendo bien Ro!”.
“Lo pasado pisado”. “Un clavo saca a otro clavo”. “Si no se dio es por que no tenía que darse”. “Tal vez no era para vos”. “Vos estás para más”.
“Ahora tenés que buscarte una chica linda y vivir la vida”.

Vivir la vida… le contaron una frase harto conocida de Paulo Coelho: “Cuando deseas alcanzar u obtener algo en la vida, el universo conspira para que lo logres”. ¡¡¡¡Pero por favor!!!!, basta de chamuyar con esas cosas, dijo ante la mirada atónita de aquella persona que la profirió, pero no le alcanzó con eso, la operación siguiente fue la de reírse, calculo yo que cuando a una persona algo lo supera, se le da por la risa, quizás fue una risa irónica, algo muy típico en él también.
Pero hubo una frase que lo dejó taciturno y dubitativo un buen rato y a la cual no pudo responder, a decir verdad, aún se lo está planteando… sabemos que siempre fue de tratar de hallar respuestas a los sucesos, analiza todo, busca soluciones, pero esa ecuación no le cerraba. La frase en cuestión fue: “tiene miedo que la quieran, por ahí le tiene miedo al compromiso”.
¿Pero será posible?, jamás tuvo esa variable en la cabeza, pero por otro lado intenta no pensar en esas cosas, eso genera esperanzas, hace volver a creer en los milagros, y le gusta, le excita, pero la realidad lo golpea y fuerte.
Lo veo todos los días inventar rutinas diferentes, hace unos días con un buen amigo hizo un pleno al futuro y sumó un par de kilómetros a la esperanza, también fue a hacer algo por la patria en la que aún cree (una de las pocas cosas en las que aún cree) y se sorprendió con el apoyo de otro gran amigo que la vida le regaló hace ya unos años.
Y aunque los milagros no le tienen muchas ganas, espera encontrar una solución a su problema con nombre y apellido, aunque ello conlleve a la improvisación, ya que jamás supo como actuar.