En esta nueva temporada
de risas que no divierten
y tristezas que se acomodan
en mis insomnios y madrugadas,
va el cuarto desvelo de la semana
y son las seis de la mañana otra vez,
tendrías que verme…
Este invierno, llegó para quedarse,
quizás sea mejor dejar que
el viento sea quién hable.
¿Qué te trajo de nuevo acá?
a esta nueva desilusión,
a este adiós a mano armada.
Y Marga me dice que hay que seguir:
juntando los centavos,
pidiendo cartas, guiñando un ojo.
Me dice que hay que seguir:
jugando con los dados,
mirando bien el paño,
pero siempre seguir.
Y este dolor no es negocio,
se apilan los sinsabores
como platos sucios,
como cicatrices que no se ven.
Sin ganas de nada,
yendo siempre al pasto,
descorchando por descorchar.
Y vagando el invierno,
me vé llorar por los rincones,
mirando esta herida
que no deja de sangrar.
Matando aquel orgullo
por ese beso que no llegará jamás.
Y Marga me dice que hay que seguir:
cortando clavos,
viendo los naipes, cargando balas.
Me dice que hay que seguir:
apostando piedra, papel o tijera,
mirando la ruleta,
pero siempre seguir.
de risas que no divierten
y tristezas que se acomodan
en mis insomnios y madrugadas,
va el cuarto desvelo de la semana
y son las seis de la mañana otra vez,
tendrías que verme…
quizás sea mejor dejar que
el viento sea quién hable.
¿Qué te trajo de nuevo acá?
a esta nueva desilusión,
a este adiós a mano armada.
juntando los centavos,
pidiendo cartas, guiñando un ojo.
Me dice que hay que seguir:
jugando con los dados,
mirando bien el paño,
pero siempre seguir.
se apilan los sinsabores
como platos sucios,
como cicatrices que no se ven.
Sin ganas de nada,
yendo siempre al pasto,
descorchando por descorchar.
me vé llorar por los rincones,
mirando esta herida
que no deja de sangrar.
Matando aquel orgullo
por ese beso que no llegará jamás.
cortando clavos,
viendo los naipes, cargando balas.
Me dice que hay que seguir:
apostando piedra, papel o tijera,
mirando la ruleta,
pero siempre seguir.