miércoles, 29 de abril de 2009

Imaginación de un asesino…

Seleccionó su ropa, buscó una remera de su gusto, preparó sus zapatillas, tomó un par de medias del cajón superior de su ropero, casi se olvidó del calzoncillo. Entró muy tranquilo al baño de su casa, el plan era bañarse sin sobresaltos para luego salir a las apuradas (como siempre) con rumbo a la facultad, pero dicho plan fue desterrado unos minutos de su cabeza por cuestiones ajenas a él.
¡Y claro!, no era común ver algo así, se detuvo un instante para observar, no podía creer lo que veía, era la primera vez que ocurría algo así en aquel ambiente de su hogar. Pasmado, estudió la situación. Él no quería una compañía de ese tipo mientras se bañaba, pero tampoco quería llegar a tomar una decisión tan drástica. Nunca le gustó compartir el baño mientras se duchaba, y ésta vez no sería la excepción a dicha regla, si es que podemos llamarla así, y por más femenina que sea su camarada ocasional.
La idea comenzó a coquetear en su cabeza, pero la otra mitad le decía que no era menester llegar a ese extremo… para variar, ganó la parte “mala” de su cerebro, que ordenó a su mente a imaginarse como sería llevar acabo tan macabro plan.
El primer paso sería golpearla hasta dejarla inconciente de alguna forma, una vez que ello sucediera, caería en el agua. ¡Pobre!, la cañería la ahogaría en cuestión de segundo, el caudal de agua sería brutal para ella, la arrastraría hasta los confines mismos de las cloacas de Buenos Aires, donde la probabilidad de supervivencia serían mínimas para cualquiera. La corriente misma del agua haría el resto del sucio trabajo, quitándole cualquier posibilidad de vida, en vano sería que se aferre a alguna saliente o pared interna de los caños, el impulso impetuoso del agua la llevaría sin escalas y con flujo turbulento hasta el Río de la Plata y desde allí su cadáver flotaría hasta los confines mismos de éste, quizás, y si tiene suerte llegaría al mar; ¿y por qué no al océano atlántico?.
Conforme con lo que la imaginación le dijo en voz baja y hasta con el agregado de imágenes visuales y todo, llevó a cabo dicho plan. Vale aclarar que el mismo se realizó conforme a lo planeado y con el resultado esperado.
Mientras se bañaba y esbozaba una sonrisa, se dijo a sí mismo: Seguro que con esto, ninguna araña va a aparecer cuando esté por bañarme.

domingo, 26 de abril de 2009

Encuentro imaginario…

Es bueno saber que si se me cae una lágrima a ella se le caen tres, es hermoso que ella se haga eco de mis boludeces, que me haga sentir el tipo más importante para alguien por lo menos, que pese a todo se hace un lugar para saludarme una vez al día aunque sea...
No muchos supieron captar mi año de mierda que fue el 2008 y todavía es éste 2009 para mí y ella sin saberlo en realidad, le fue dando un color diferente a la cosa y contándome sus bajones diarios me hacía sentir que no estaba tan solo en el mundo… y de a poquito con sus males tan iguales a los míos (y tan distintos también), sus bajones, sus horas de llanto que me caracterizaban tanto (en otra época al menos), me hizo sentir que podía hacer algo por alguien y alegrarle la vida como ella me la estaba alegrando a mí sin darse cuenta. Sin conocerla.
Para mí una madrugada que no hablo con ella es diferente, y triste a cuando me voy a dormir sin sus últimas palabras en mis retinas… irme a dormir sin eso es como no haber almorzado y cenado más o menos.
Es muy poderoso contarle mis historias de cada día sabiendo que ella las disfruta tanto o más que yo, eso me hace sentir orgulloso, me hace sentir que algo estoy haciendo bien por lo menos. Cada vez que la veo, logra que vuelva a casa con esa sensación de que no hay nada malo, ni nada desequilibrado en mi vida (cuando en realidad sabemos que no es así), pero su presencia me deja ese ánimo por dentro y esa cosa que te hace olvidar todo lo otro que te arruinaría un poco la “existencia”… sentir que por más que te mates escribiendo no alcanzan las palabras para explicar lo magnífica que es y lo agradecido que estoy a no sé que fuerza del más allá o del más acá que hizo que de “casualidad” la conozca y que le haya caído tan bien como para que hoy en día me quiera tanto.. eso si, no más de lo que yo la quiero a ella.
Quiero que te quedes en mi vida por siempre, haciéndome mates, tomando un buen vino y bancándome en todas las locuras que hoy todavía no puedo hacer (o no me animo), que me sequés las lágrimas que lamentablemente caerán en algún momento, con todo lo que me hará daño, tengo plena confianza que ella va a saber cuidarme, y yo estaré para que todo eso directamente a vos no te pase.



Hace rato quería expresar algo así, el destino es increíble a veces y me permitió hallar unas hermosas palabras (de esas que hoy ya casi no existen) y bueno, consultándola a la persona que la escribió, la misma me permitió extraer algunos fragmentos de aquella bella escritura, la cual me tomé el atrevimiento de cambiar algunas cosas y compartirlas con ustedes.
Y esto es lo lindo de escribir, porque capaz que cuando uno escribe lo hace pensando en algo que vivió, imaginó, pensó, soñó y aquel que lee, lo interpreta de otra forma, y que es a la vez totalmente válida también. La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la sepa utilizar.
Gracias por compartir ese “pedazo de tu vida”.
Y así terminó una semana desde aquel adiós después del adiós…

sábado, 25 de abril de 2009

El adiós después del adiós V…

Sigue teniendo el mismo problema que viene teniendo desde hace unos meses, ese problema superlativo tiene nombre y apellido, y aunque trate de negarlo ya son varios los que lo saben, e intentan ayudarlo de alguna forma… como si eso cambiara algo, aunque en vano intentan ayudar, por supuesto que él lo sabe, lo comprende a la perfección, pero se siente más allá… quiere algo más que las palabras ya clásicas que el folklore popular ya tiene instalado en el vocabulario de cada porteño y que se adapta a cualquier tipo de situación, sea de la índole que sea. Siempre se molestó por esas cosas y aunque ahora también le molesta, le da menos importancia.
Escuchó de todo en estos días:
“Cortala de una vez!, esa flaca no te hizo ni te esta haciendo bien Ro!”.
“Lo pasado pisado”. “Un clavo saca a otro clavo”. “Si no se dio es por que no tenía que darse”. “Tal vez no era para vos”. “Vos estás para más”.
“Ahora tenés que buscarte una chica linda y vivir la vida”.

Vivir la vida… le contaron una frase harto conocida de Paulo Coelho: “Cuando deseas alcanzar u obtener algo en la vida, el universo conspira para que lo logres”. ¡¡¡¡Pero por favor!!!!, basta de chamuyar con esas cosas, dijo ante la mirada atónita de aquella persona que la profirió, pero no le alcanzó con eso, la operación siguiente fue la de reírse, calculo yo que cuando a una persona algo lo supera, se le da por la risa, quizás fue una risa irónica, algo muy típico en él también.
Pero hubo una frase que lo dejó taciturno y dubitativo un buen rato y a la cual no pudo responder, a decir verdad, aún se lo está planteando… sabemos que siempre fue de tratar de hallar respuestas a los sucesos, analiza todo, busca soluciones, pero esa ecuación no le cerraba. La frase en cuestión fue: “tiene miedo que la quieran, por ahí le tiene miedo al compromiso”.
¿Pero será posible?, jamás tuvo esa variable en la cabeza, pero por otro lado intenta no pensar en esas cosas, eso genera esperanzas, hace volver a creer en los milagros, y le gusta, le excita, pero la realidad lo golpea y fuerte.
Lo veo todos los días inventar rutinas diferentes, hace unos días con un buen amigo hizo un pleno al futuro y sumó un par de kilómetros a la esperanza, también fue a hacer algo por la patria en la que aún cree (una de las pocas cosas en las que aún cree) y se sorprendió con el apoyo de otro gran amigo que la vida le regaló hace ya unos años.
Y aunque los milagros no le tienen muchas ganas, espera encontrar una solución a su problema con nombre y apellido, aunque ello conlleve a la improvisación, ya que jamás supo como actuar.

viernes, 24 de abril de 2009

El adiós después del adiós IV…

Lleva consigo muchas cosas, algunas son buenas, otras no tanto, hace un tiempo que dejó de llevar las que creía malas. Lleva consigo aquel beso que selló un maldito final, lleva temores, lleva fracasos estrepitosos (muchos) también y a veces le suelen pesar bastante.
Pero ya estaba cansado de jugar al ave fénix, de resurgir de sus cenizas, de esa eterna monotonidad de morir para volver a vivir, de ese juego eterno, del mismo final, de la muerte, de la vida; a ver... suave, suavísimo, muy despacio para que no se entere su corazón de que esto no es una despedida, su amor quiere decirte que esta carta (por llamarlo de algún modo) no es el final, y avisarte que para no herirte/se eligió nuevamente salir con la soledad... su compañera más duradera.
Ya no recuerda la última lágrima que por vos derramó, pero te cuento que hubo un llanto en el cual una palabra moría y en esa palabra agonizante decía lo mucho que te quiere y extraña, el cielo desde entonces se nubla y llora, llora todo lo que él no puedo llorar. Y créeme que es bastante.
Quiso marcharse, intentó salir de tu vida, muy despacio, sin hacer demasiado ruido, nunca le gustó mucho eso, pero así decidió dejarte, dejarse, dejarlos. Quiso decir adiós como cuando una vez, hace un tiempo atrás dijo hola, sin abusar de verborragias y monotonismos, sin explicaciones, pues recaían en la redundancia. Salir a hurtadillas fue su premisa, y así fue, o al menos eso cree, salió sin hacer demasiado ruido, pero al cerrar la puerta desgraciadamente otra persona despertó. Un ser grotesco que surge del dolor, un ser ignoto e ingrato que le arrebató sin piedad el amor.
Extraña los “toques” que recibía en sus días, descubrió que puede amoldarse a ciertas rutinas, aunque nunca fue un fanático de esas cosas. Pero también se lo ve cansado, más que nunca, me podés creer, se la pasa haciéndole preguntas cursis al destino, como si éste le fuese a responder algo (ambos sabemos que nunca sucedió), está cansado nena, cansado de darse la ñata contra el muro del destino, y esto que quede entre nosotros, pero a mi también me tiene cansado… tendrías que verlo, no tiene ganas de nada, se aburre con facilidad y se plantea cosas ridículas… por poner un ejemplo perfumado, las rosas son hermosas, ¿pero a qué se debe su penosa amistad con las espinas?. ¿Y a quién le importan esas cosas?, le pregunté en vano, ya que no recibí respuesta alguna.
Anoche me pidió, medio moribundo, que lo medique con Haloperidol, le dije nada de drogas (por el momento), de todas maneras le di un té Vick, quizás le sirva para ese terrible resfriado que viene arrastrando desde hace unos días.

jueves, 23 de abril de 2009

El adiós después del adiós III…

El adiós después del adiós, no fue una segunda despedida, aunque en cierta forma si lo fue, pero aún piensa que fue una confirmación a la despedida real, al adiós que se suscitó en un principio.
Aquel pensamiento recurrente no lo abandonaba, a decir verdad, lo hacía por momentos, pero siempre regresaba; las noches eran su peor tortura, como siempre. Mañana decidió que va a renacer por quinta vez, pero hoy no puede, hoy no llega, hoy no quiere…
Reflexionó que aún se deben un viaje en ese extraño nuevo tren de Puerto Madero, aquellas papas fritas a la provenzal con una Heineken y las pizzas de mamá. Aunque también recordó aquellos besos que tuvo que guardarse… tal vez deban quedar pendiente para otra vida, quizás no, por ahí se los cobrará en un futuro próximo, aunque eso está en duda... Pensar todo el tiempo, simular que todo está bien (aunque le cuesta) y que todo seguirá por el mismo camino, de esa misma forma.
Y algunos momentos y sensaciones regresaron de forma maliciosa: “por que el amor cuando no muere mata, por que amores que matan nunca mueren”. ¿Qué quiso decir?; ¿a qué se refería?. Lo justificó apropiadamente diciéndose que a veces uno escribe algunas cosas por contexto y debido a determinados momentos y situaciones, que no siempre uno puede sostener lo que afirma con las palabras. Hay cierta magia en eso también.
¡¡Y esa frase!!. “Pegó en el palo”; ¿qué mierda significa eso?, siguió pensando. ¿Por qué no se conocieron hace 6 años?. Fracaso y victoria fusionados en una sensación difícil de explicar.
Flashes, momentos, recuerdos… Cruzó los dedos, pensó que esta vez lo iba a abrazar la Venus de Milo. Otra decepción más…
Hay que hacer el bolso, lagrimear, seguir la procesión y vestirse de olvidar. Le dijo la gente al verlo, pero él siempre supo que los milagros se le rieron (y le seguirán riendo) en la cara.
Al terminar de escribir esto, dijo en voz baja: Decime nena ¿cómo se hace para llegar a tu corazón, con ese pasado atacando y con este ejército en retirada?.

miércoles, 22 de abril de 2009

Adiós barco mío…

Solo me encuentro en la playa de mi vida,
solo y con aquel último beso.
Contemplando estoy tu partida,
vociferando sin ganas mi saludo,
invadido de la más cruel emoción.

¡Adiós barco mío que sola te marchas!
hastiada seguro de tanto navegar.
¡Lejos!. Muy lejos, allá en lontananza,
¿qué más puede hacerse desde acá?.

Si lo deseas, yo te acompañaré,
me convertiré en una gaviota
que cual centinela te seguirá.
¿Por qué, mi barco te marchas?.
¡Que solo me voy a quedar!.

¡Adiós barco mío que sola te marchas!
contigo llevas mi esperanza.
¿Dónde te podré volver a hallar?.
Confundida con la niebla,
y alejándote a cada instante aún más,
ya ni siquiera puedo verte,
pero en ti aún no dejo de pensar.

Cuando te encuentres tan lejos,
que la tierra no veas ya,
te confundirás al fin con el azul
del cielo y la inmensidad del mar.

Noticias tuyas me cuentan las olas
noticias de cuando te vieron marchar.
¡Adiós mi barco, tristemente marchaste!.
Y yo en la playa de mi vida
espero mi desgarrante desenlace.

martes, 21 de abril de 2009

El adiós después del adiós II…

Las horas parecían interminables, la adicción a la cama nada parecía solucionar, hasta por momentos era peor. Ese sabor agridulce de victoria/derrota, lo único que generaba era dolor e impotencia. El cuerpo sufriendo las calamidades de la ansiedad y nerviosismos que el día anterior lo habían vuelto loco. La obscuridad absoluta de su cuarto lo abrazaba como queriéndolo contener, aunque era en vano.
La operación continua a levantarse fue la de encender un cigarrillo, fiel a su hábito de tapar vacíos espirituales, pero esta vez el vacío no era espiritual, era un vacío del alma, un vacío de amor, una pena de amor. Lloró lo que no había llorado, maldijo su destino, su suerte, su cuerpo, su forma de ser, de pensar, de sentir, de sufrir.
Su mente no dejó un instante de pensar, le dijo un sin fin de veces que ella pensaba mucho y que cuado uno razona en demasía se pierde totalmente la objetividad… llorando y gritando en silencio justificaba el actuar de aquella persona, como si eso cambiara algo. La vida debe continuar para uno de los dos, suspiró, y de esa forma recordó aquel abrazo y ese último beso, y con el corazón destruido, se alimentó de mates y recuerdo esa tarde.
Una discusión mal venida fue el detonante para escapar de esa casa que siempre lo albergó y fue en busca del refugio de sus amistades y del buen vino, siempre compañero elegante y fiel. Fue una noche brava, como son las noches en las que uno anda herido.
El despertar de aquel primer día hábil trajo consigo un resfrío desmesurado, producido por la caballerosidad y los vientos de aquella noche que aún intenta olvidar y no puede…

lunes, 20 de abril de 2009

Batallas…

Hacía frío, apenas una sopa tibia lo alimentó esa noche, mientras “sentado” sentía sus huesos doloridos que le reclamaban un poco de bienestar. El frío metálico del arsenal no servía de cobija, más sólo era aquella salvación, la disuasión ante posibles ataques, a pesar del mal estado en el que se encontraba y de su dudoso poder de defensa. A pesar del cansancio, aún tenía esperanzas.
La noticia de la muerte del general no se hizo esperar, muchos de sus compañeros corrieron a atender asuntos más importantes que mantener una batalla que ya se suponía estaba perdida, de repente un ataque sorpresivo, escombros volando por todos lados le hicieron comprender que debía defenderse, se puso al pie del cañón y disparó. Funcionó, los ataques cesaron pronto.
En otro lado, lejos de todo esto que relaté con anterioridad, y mientras todo aquello ocurría, doctorados en relaciones exteriores pactan negociaciones basadas en documentos, tratados y pactos que sólo ellos comprenden y saben usar, las ambiciones afloran en esas reuniones, el resultado final es conocido sólo por ellos.
Ya sin poder soportar tanto dolor por tanta sangre derramada y tanta masacre sin reconocimiento, la viuda del general concurre a un hotel utilizando un nombre falso, para no ser reconocida, sólo un objetivo en su cabeza, vengar la memoria de su marido y de aquellos que dieron su vida por una causa justa. Sus cartas desde el exilio prometen regresar un poco de luz ante tanta obscuridad.
Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo un camino que llevaba una casa. Con mucho cuidado avanzó hasta llegar a la puerta de la misma, al abrirla, se encontró con ella, que le dijo: lamento ser quien tus sospechas confirman. Un disparo certero en la frente fue el resultado de aquel encuentro.
Se terminó la batalla para aquel soldado.

domingo, 19 de abril de 2009

El adiós después del adiós…

Aquel bondi que nunca esperaría fue el subterfugio perfecto para caminar de regreso a casa para aquel boxeador ciego que lo viene madurando el knock out, que lo único que sabe hacer es tirar ganchos derechos e izquierdos y apercap a la nada, siempre contra la cuerda, roto, pero esperándola igual, esa excusa le venía como anillo al dedo; encendió un cigarrillo, y envió un mensaje a su amigo a través del digital invento, el cual anunciaba “se terminó la pesadilla”. Digno comienzo para aquel final.
La infinita sucesión de luces se fue esfumando conforme sus suelas devoraban las cuadras, la inmensa bola dorada comenzó a ganar el cielo y cubriendo con un manto de luz las veredas rotas de aquel barrio. Aquel empedrado impío, rezongaba del andar de autos, camionetas, y aquel bondi que debería haber tomado dijo presente y siguió su rumbo hasta su destino.
El ángel que siempre lo acompaña, lo miró con desdén, y le dijo: “¿qué más podés hacer?”, dicho esto, se refugio en la reticencia y sólo se dignó a acompañar. Un tren pedía a gritos descarrilar, pero no sucedió. El empedrado se volvió asfalto al llegar a la gran avenida.
Andaba sólo movido por su instinto y no por su razón, un colectivo de la línea 46 le hizo recordar que era menester mirar hacia ambos lados en las esquinas antes de cruzar, operación que nunca sucedió, tal vez a la espera de un milagro, que como los milagros mismos, nunca suceden. Las calles vacías, bostezos desde los taxis, finales de una noche amor en algunos bares, la avenida diagonal que lo llevaba a su casa con un tránsito muy por debajo al habitual, una nube gris se apiadó de su presencia y bloqueó tenuemente la gigante bola por algunas cuadras.
¿Cuánta gente lo vió pasar?. ¿Cuánta gente vió esa alma en pena andar, errar y desandar ese camino hacia la nada?. Las cuadras se tornaban infinitas, el sólo hecho de andar era la premisa, caminaba sin pensar, con la mente en blanco, se puede vivir sin pensar, se dijo. Se puso la camiseta de “olvidar” y así debutó en la primera de “Deportivo Abandonado”.
Zigzagueante andar lo llevó hasta la avenida que lo llevaba a su hogar, fueron varios los cigarrillos que ya se habían consumido en su boca, un giro a la izquierda y la calle que lo vió crecer se ensangrentó por culpa de la herida abierta (nuevamente), un último esfuerzo para sacar las llaves y abrir aquella puerta, un dificultoso andar hacia la puerta del living, un sabueso expectante e intuitivo lo miró con ternura.
Una cerveza escogida al azar en la heladera, una pequeña escalada a la escalera lo llevó a su habitación, un cigarrillo más… aquel sabueso que subió a su cama vió como él se sentó en la computadora a escribir sobre el adiós después del adiós una hora después de aquel último adiós.

Bye, Biao, mirupafshim, Tschüss, Чао, Nashledanou, Farvel, Hei, Au Renoir, Dag, Поки, Hej då, Tchau, Пока, Zdravo, Ċaw, Adiós.

sábado, 18 de abril de 2009

Un tal Lucas…

La ruta estaba cargadísima, lo cual no me pareció extraño pese a mi cansancio, pero debía ir a la ciudad de Tandil por cuestiones laborales, de todas maneras, Tandil es lo que menos me molestaba de todo ello, lo que sin dudas me molestaba era ese tránsito incesante. Pensé que al llegar a la RP30 el mismo iría descendiendo. Triste equivocación, en la ciudad de Las Flores el caos aún continuaba.
De acompañante al lado mío estaba un niño de unos 10 años que observaba como yo miraba por la ventanilla del ómnibus de larga distancia, apoyando mi mentón en mi mano izquierda, viendo la nada y pensando recurrentemente en el único tema que ocupaba mi cabeza. Rompiendo con la monotonidad del viaje, y con un tono temeroso, me preguntó: ¿En qué pensás?. Lo miré con cierta ternura y le respondí que pensaba en una persona especial.
-¿Cómo se lama esa persona especial?.
A decir verdad no tenía la más mínima ganas de comentarle a un niño sobre mi pensamiento recurrente, ni sobre mi persona especial, de todas maneras aquello podría servir de distracción de aquel tránsito diabólico que comenzaba a exasperarme. Así que de forma menos simpática le dije el nombre de mi persona especial.
-¿Vas a verla a Tandil?, preguntó suspicazmente.
-No, ella está en Buenos Aires, ni debe saber que estoy viajando a Tandil, respondí con total sinceridad, el tiempo demostraría que si lo sabía.
Aquel niño, se quedó pensando un buen rato en silencio, pensé que con eso, había dado por terminado el diálogo, así que volví a mi posición anterior y observé como el ómnibus entraba en la rotonda, abandonando así la RN3 y tomando por fin la RP30. La paz duró poco eso si.
-Soy bueno escuchando, si querés podés contarme que te pasa, dijo cortando repentinamente el silencio de aquel viaje.
-Estoy cansado de andar repitiendo que me pasa, la verdad que no gano nada contándote lo que me pasa o lo que pasa, además no solucionaré nada si lo hago. Respondí cortantemente.
Muy audazmente el niño comenzó a contarme su historia, sus amores y desamores, su situación, sus vivencias, sus perspectivas, su forma de sufrir el mundo y debo reconocer que me fue atrapando su relato, la sinceridad se volvió absoluta en aquel momento y generó un punto de inflexión y sin darme cuenta terminamos hablando de lo que me pasaba, de todo lo que pasó y de lo que puede estar por venir.
Con el correr de aquella noche y de los kilómetros, nos fuimos haciendo grandes amigos, y ese niño que yo veía, pasó a ser una persona distinta, una persona con la cual nos fuimos conociendo en muy poco tiempo, reconociendo aciertos y desaciertos, gustos en común y no, esa persona me hizo poesía casi sin conocerme, y por aquel hecho quedó pendiente siempre un homenaje.
Cuando llegamos a Tandil, bajamos del ómnibus y vaya uno a saber si es cosa del destino, pero para sumarle similitudes al cuento de Cortázar, el niño en cuestión se llama Lucas.

miércoles, 15 de abril de 2009

Caducó…

Siempre sofisticado y con snobismo dialéctico, siempre queriendo sobresalir (cuando no puede), siempre con el mundo en contra, siempre sufriendo ser quien es, siempre jugando a ser maduro, siempre engañando a los demás con discursos, signos y premisas que a veces él mismo fabrica para no quedar en evidencia.
Golpeándose la cabeza una y otra vez, queriendo lo imposible, anhelando lo increíble, pensando ser un mesías, mírenlo, ahí lo ven caminar, con toda esa rutina cargando su humanidad, al final ¿entiende que no está bueno actuar?.
Y ahora que se terminó tu juego, ¿qué es lo que harás?, ya no existe tal farsa que supiste concretar, al final esas malditas vacaciones donde creías encontrar la paz de nada sirvieron, sólo te mostró lo que ya sabías, la mediocridad, lo caduco de un libreto que nunca escribiste bien y hoy te deschava.
Y buenos Aires te golpea, te asfixia y saca la mierda que hay en vos, nada podrás hacer contra ello, tal vez estés pagando por lo que te creíste ser, cuesta el dormir, cuesta el laburar, cuesta ver a los amigos, ¿nunca te preguntaste por qué será?. Eso si, es feo que cuando al fin pudíste concretar el anhelado sueño, un sacudón te despierte en el transporte público que tanto te dio.
Todo sale a la luz, tarde o temprano, todo se sabrá… ¿Te animarás a reconocerlo?.
Y acá yo viéndolo desde lejos, entendiendo y no tu proceder, advirtiendo que las máscaras no son para siempre y la verdad siempre sale a la luz, pero cuidado, no vaya a ser que la verdad te apabulle y vuelvas a recaer. El peor juez que tenés es el tiempo y vos mismo, ojalá encuentres una salida a tu caduco momento.

sábado, 11 de abril de 2009

Carta a Fede...

Mi querido Fede, mi bebé, te escribo ésto desde el inmenso dolor que me invade en éste momento tan cruel para ambos, en realidad no se para que te escribo si no sabés leer y nunca vas a leer esta epístola, pero quizás sea para adormecer un poco este llanto que me está matando en vida. Mi bebé, Fede, mi bebé. Mucha gente no está contenta contigo mi cielo, no te quieren, te menosprecian, pero yo siempre te defiendo, siempre digo lo digno que es tenerte, quererte, pensarte.
Daniel aún no ha llegado, el otro día discutimos por ti, está muy raro últimamente, se enoja por todo, pero sé que no es adrede, el no entiende nuestra unión, nunca pensó que sería así la historia. El doctor dijo que todo estaba bien, que no había ninguna complicación, se lo comenté a Daniel, pero el se reía, aún no se bien por que. Y en un momento se puso furioso y dijo cosas feas… aunque a vos no te interesa ni debe interesarte lo que él dice o piensa a veces de mi. Me encantaría saber que es lo que sentiste estos últimos cinco días. No me importa que me digan que sos malo, que no te quieren.
Todo es muy raro últimamente Fede.
El tiempo es una magnitud difícil de explicar mi querido Fede, y vos sos muy pequeño para entenderlo, pero Daniel va a llegar en cualquier momento y debo ponerme a limpiar. No debe ver ésta carta, ya que es sólo para vos, tengo miedo que escriba algo que no te guste. Las lágrimas se me caen Fede, por eso algunas cosas no se leen bien, pero me las estoy limpiando, como puedo, para que sea lo más entendible posible, aunque mi trazo ya no es el mismo con el que empecé a escribirte. Me siento una idiota Fede, menos mal que para cuando llegue Daniel todo estará limpio, así no me dirá nada, pero me quedo con las ganas de cantarte esa canción que siempre te canto… a la familia no le gusta mucho que hable sin cesar de vos Fede.
A vos no te gustaría estar en este lugar, en serio Fede. Me duele no poder estar contigo, sufro sabiendo que no podés vivir acá, es que todo es tan chico, no hay espacio, vivimos chocando con Daniel, a nadie le importa, y eso es malo para lo dos, yo ayudándolo a que consiga lo que él busca y yo quedándome sin vos que es lo que tanto busqué. No podrías comprender nunca este mundo, es muy raro, muy raro y complicado, todo se rumorea, todo se sabe, tratamos de arreglarnos con lo poco que tenemos. La cama hace rato que tiene los elásticos vencidos, ya no puedo limpiar como lo hacía antes, Daniel fuma, como nunca está fumando y tira las cenizas en cualquier lugar, hay un ambiente terrible de desgano mi querido Fede, mi Federico. Creo que nadie aguantaría acá mucho tiempo.
Todo duele Fede, es muy sucio y triste, el dolor me parte en dos, me cuesta mucho escribirte en este momento, quiero tenerte, quiero abrazarte, quiero verte llorar, limpiarte. Pero el mundo no me importa mucho ahora, sólo me importas vos, tu chupete, tu mamadera, tus gritos y lloriqueos en medio de la noche, en todo eso estoy pensando mi bebé, mi Fede querido, en todo eso. Quiero pensar que estás bien y que no estás triste, vos sos mi sol, vos sos mi destino. Quizás esté enferma, o sea mala, o me sienta sola, no lo sé, te quiero tanto mi bebé, mi Fede.
Si vieras el piso de la cocina como está, mi Fede, y Daniel está pronto a llegar, no quiero que vea todo el piso manchado de rojo, debo limpiar, apurarme antes que llegue y encuentre todo hecho un desastre. Cuando estemos juntos te voy a cantar nuestra canción, nos va a gustar. A Daniel a veces se le pega y la silba cuando vamos por la calle, cuando está contento, y a veces hasta habla con vos y eso me gusta mucho. Quiero ver tus ojos Fede, me encantaría hacerlo.
Ya no puedo llorar más, estoy más contenta, pero sé que pocos podrán entender esta decisión, o la verdad quizás ni les importará. Afuera está lloviendo Fede, pronto estaremos juntos, llueve mucho y Daniel está por llegar.

miércoles, 8 de abril de 2009

Reflexión… (del fenómeno físico)

Soy bastante de autodestruirme, si me peleo o discuto, no soy de salir a pelearme o cagarme a trompadas, más de una vez me he descubierto en un bar o en mi casa tomando un whisky, recordando el hecho (llorando o no), así padezco las cosas, así vivo últimamente y no es un orgullo decirlo, pero aquel que entienda, sabrá que es la única forma de anestesiar tanto dolor.
Pero algo estoy comenzando a aprender en ésta, podría llamarle ”la peor caída de mi vida”, una suerte de crisis económica mundial, pero en carne propia y con factores, sutilezas, sentimientos que sólo pocos pueden/pudieron/podrán advertir; les decía que algo estoy comenzando a aprender y esta vez voy a poner el verbo después del sustantivo, ya basta de decir voy andando para la luz, ahora será andando para la luz voy. Quizás sea esa la solución a ocho años de dolor interrumpidos (si no son más).
Y sé muy bien que eso fue obra del azar, es la ley del azar, que no corresponde a la de la lógica, ese azar que hace las cosas tan bien, que a veces supera a la lógica. El mismo azar trabaja y hace que aparezcan situaciones estocásticas que a veces le gana a la lógica y ésta última no es capaz de explicarla o comprenderla. Ahora lo sé, ahora lo saben, ya no es secreto, a decir verdad nunca lo fue (salvo para algunos).
Una vez supe, tener objetivos claros, supe ir y venir. Dar vuelta las páginas, repasar lo leído, replantearme situaciones, y todo ello también supe tirarlo a la basura y volver a empezar, al menos lo he hecho varias veces, generalmente el resultado fue el mismo, otras no (fueron las menos).
Me ha pasado (aún hoy me sucede) que las palabras me desconcentran, generalmente logran un efecto adverso que es la desorientación, otra veces me pasa que las mismas palabras cuando las releo tienen otra significancia, me tiran el mundo a la mierda, no me dicen lo que yo quiero leer, y ahí uno cae que a veces, la ilusión y las palabras son más enemigos que amigos a la hora de su interpretación. Situación similar ocurre cuando veo imágenes, signos, objetos extraños; éstos me hablan cosas, a veces suelo comprenderlas, otras me las llevo conmigo mientras camino y me hablan hasta el destino, a veces se callan y comienzan a hablar cuando salgo de aquel destino y me dispongo a volver a mi hogar; o en el mejor de los casos las olvido, cosa que muchos saben no es muy difícil y ya podríamos llamarle un clásico de mi persona.
Y así estoy, así llegué a esta suerte de cementerio de los barcos sin nombre, naufragando entre el espanto que me quedó y las cenizas que espero no estén por venir jamás, o por lo menos no en un futuro próximo. Y reconozco que poco he aprendido y poco aprenderé superada esta crisis, más espero nunca se repita otra igual, por que ahí si, no sé que es lo que sucederá en el futuro.
Aunque aún siento que quien carezca de sentimientos será como un barco sin timón en alta mar y en medio de una tormenta sin final, su soledad será absoluta, aún en medio de una multitud, difícilmente encuentre razón a su existencia, tal vez su vida se convierta en perversa y su desdicha (roguemos) sea inmensa.

sábado, 4 de abril de 2009

Resplandores…

Tsubasa hacía dos días que había comprado su cámara de fotos y aún no había podido estrenarla. Sus ansias no lo dejaron dormir, hasta que ese nueve de agosto de 1945, salió de su casa y se dispuso ir a una plaza en su Nagasaki natal.
La ilusión fotográfica se adueñó de él en cuestión de segundos, las expectativas y sus ansias crecían al compás del armado de la cámara y el trípode, se dejaba seducir con la idea de cada toma desde los distintos puntos que ya había marcado mentalmente en aquel parque que desde niño lo acobijo. Siguiendo sistemáticamente las instrucciones, logró armar la cámara en un tiempo nada envidiable, se quedó mirándola, era todo un logro y un gran sacrificio el haber destinado grandes horas de su vida y ocuparlas a dicha pasión que ya desde pequeño lo fue seduciendo, como las mujeres hacen al andar.
Tsubasa escuchó el ruido lejano de un avión.
Preparó la cámara, ajustó el lente para ver nítidamente la imagen de aquel sector del parque, preparó el flash para lograr una fotografía óptima, cuando al fin todo ya estaba listo, disparó.
Tsubasa vio un resplandor y sintió un calor enorme.
El número de víctimas causadas directamente por la explosión se estima en 40.000 mortales y 60.000 heridos de una población de 195.000 habitantes. A estas víctimas hay que sumar las causadas por los efectos de la radiación nuclear.
Tsubasa falleció al igual que otras personas.
Ojalá nunca vuelva a suceder.

miércoles, 1 de abril de 2009

Charlando conmigo después del adiós…

Las convicciones son un lujo que sólo se pueden dar los observadores, y aunque yo soy un observador bastante bueno, no las tengo y a decir verdad tampoco las quiero en este momento.

Hace rato que no tengo ganas de vivir, quizás por eso no hago nada, literalmente, no me nacen las ganas de hacer nada, no puedo, no quiero. Sé que es muy difícil de explicar y si nadie lo va a entender, mejor ahorro trabajo y le ahorro el tiempo a aquel “interesado ocasional”.

La pregunta es: ¿Y ahora che?; ¿Cómo te ves?; ¿Qué pensás?; ¿Cómo vas a encontrar las ganas para lo que se viene?... tristemente no lo sé… la política del fracaso ha fracasado y la de hacer las cosas por convicción y por amor también, aunque dudo que al último lo pueda abandonar. Y es que no lo entiendo; por un lado creo haber hecho las cosas bien, creo que hasta lo merecía, me inventaba imágenes y no dudaba en que podían concretarse, que tranquilamente pudieron haber sido ciertas (resultaron no serlas) o en esos sueños tan reales donde estabas ahí, siendo mi compañera de ruta. ¡Ay!, por favor, ¡siento que pateé al arco y pego en el palo che!, que partido chivo.

Pero la vida no entiende de filosofía, la vida entiende con los hechos y a los hechos me remití, confesión de parte y a otra cosa para ella (la vida), un nuevo dolor, una nueva tristeza, un nuevo empezar desde lo más bajo que estuve en mi corta existencia. Y se va a complicar más, por que una vez que uno descubre lo excelso, se va a dificultar mucho encontrar alguien así o similar, si es que verdaderamente existe, aunque no me voy a poner a filosofar al respecto, pero va a ser inevitable no realizar comparaciones, aunque eso nunca es bueno y no lleve a nada.

Hoy me descubrí pensándote el 75% del día, también frené un sms que estaba a punto de enviarte, hice caso omiso a 4 te quiero, y a no menos de 5 te extraño…

No más whisky en mi petaca, no más petaca en mis noches, no más faro guiando mis noches…




En esta triste fecha, mi recuerdo y homenaje al presidente que gobernaba cuando nací y que garantizó pacificamente el retorno a la democracia. Mis respetos Doctor Raúl Alfonsín.