Cruel es, fue y será la vida, siempre arremete sin piedad.
Y ya que Dios no aceptó mi renuncia, y luego de un cachudo partido de truco, logré que por lo menos me cambie de sector, y así me mandó al mundo de las carreras. Con el tiempo te acostumbras a dormir con lo puesto, cuando te preguntan, tirás la moneda y respondés a veces te sale bien… otras… dejemos lo ahí. Si nunca hubo, ¿por qué va a sobrar ahora, no?. Te acostumbras a que te digan:
-Pibe es lo que hay!.
Y medio hastiado y sentado en el banquito, miraba como pasan los domingos.
Empecé a buscar auspiciantes, pero sólo matate.com me contesto el pedido.
Calenté el alma, aceite los huesos, saqué el punto muerto a mi corazón, y le propuse a la vida jugar una carrera. El vencedor, elegía que es lo que sucedería. La cita, fue para el domingo a la mañana.
La ciudad estaba vacías, tristes y sin ruidos esa mañana. Como jueces de la carrera estaban la nostalgia, el creador de matate.com, la muerte y Dios (que lo vi bastante despreocupado y leyendo Clarín). La vida también estaba bastante tranquila, a decir verdad ni siquiera la ví calentar motores…
Para que les voy a contar el resultado, los jueces reconocieron que fue bien chivuda la carrera y que tuve muchas chances de ganar… pero aparecían factores extraños (diferenciales de presión, vientos en proa, obstáculos impensados, dolores, calambres, caídas, tropezones, victorias por momentos, etc.), pese a mi reclamo el jurado fue rotundo con su veredicto (hasta mi auspiciante hizo caso omiso a mis reclamos).
¿A qué no saben quién ganó de nuevo?.
La vida como ganadora eligió que nada cambie en mi “vida” (quizás pensó que me hacía un favor).
Cabizbajo (otra vez) y con el peso de seguir siendo un perdedor, comencé mi regreso a casa.
Así fue que me quedé sin monedas y me tuve que bajar en Liniers, aproveché que era mediodía y que tenía que cambiar plata y me fui a comer un pancho. Justo pasaba la tristeza y se pidió uno conmigo también, ambos apuramos el pancho para no vernos más, pero los pedimos sin aderezo y sin gaseosa (ustedes saben como ayuda eso en el factor tiempo), y tuvimos que compartir un par de lágrimas.
Y juntando las monedas que me tiró el destino, debuté nuevamente en la vida, esta vez trabajando para matate.com.
¿A qué no saben quién perdió de nuevo?.
Cruel es, fue y será la vida, siempre arremete sin piedad.