Asomado a una puerta que
pensaba entreabierta,
me atreví a mirar en tus ojos,
reflejándome una tarde en tu mirada
y sembrando girasoles en la noche
por el perfume de tu cuerpo
y el misterio de tu amor,
salgo, camino y veo tus ojos.
No cuenta como silencio
si nos miramos el uno al otro.
Tanteo caminos sólo por seguir,
quisiera contener tus manos frías,
y decirte lo que ya sabes:
por un beso, daría mi mundo,
por un abrazo te confiaría mis huellas.
Veo como transitan por tus ojos mi mirada,
mientras siento que lo arruino todo
y se está haciendo demasiado tarde.
La mirada fija y húmeda puesta en el horizonte,
respiro hondo y tiemblo.
Abajo sube el viento del abismo,
mi problema es hoy y esta madrugada.
Veo que el camino está lleno
de puñales y abrazos,
me recibí de equilibrista
sólo para verte un rato.
Veo que depositaste tu vida
en una promesa de la que
nunca supiste escapar.
Viajando en el auto,
respirando tardes y canciones
que acompañen tu andar.
Veo como ponés en dudas
cada color y cuestionas cada matiz
abrazada al uniforme de adaptarse,
para poder sobrevivir.
Y yo, acróbata sobre los renglones,
plasmando en papeles que no existen
mi anhelo vanidoso, pensando que
la noche más hermosa será
aquella que me quieras.
pensaba entreabierta,
me atreví a mirar en tus ojos,
reflejándome una tarde en tu mirada
y sembrando girasoles en la noche
por el perfume de tu cuerpo
y el misterio de tu amor,
salgo, camino y veo tus ojos.
si nos miramos el uno al otro.
Tanteo caminos sólo por seguir,
quisiera contener tus manos frías,
y decirte lo que ya sabes:
por un beso, daría mi mundo,
por un abrazo te confiaría mis huellas.
mientras siento que lo arruino todo
y se está haciendo demasiado tarde.
La mirada fija y húmeda puesta en el horizonte,
respiro hondo y tiemblo.
Abajo sube el viento del abismo,
mi problema es hoy y esta madrugada.
de puñales y abrazos,
me recibí de equilibrista
sólo para verte un rato.
Veo que depositaste tu vida
en una promesa de la que
nunca supiste escapar.
Viajando en el auto,
respirando tardes y canciones
que acompañen tu andar.
cada color y cuestionas cada matiz
abrazada al uniforme de adaptarse,
para poder sobrevivir.
Y yo, acróbata sobre los renglones,
plasmando en papeles que no existen
mi anhelo vanidoso, pensando que
la noche más hermosa será
aquella que me quieras.