sábado, 7 de febrero de 2009

La tregua…

El diablo se me apareció diciendo: Jodete por quedarte del lado de Dios, pero si no estoy de su lado y jamás nos llevamos bien!!!, le respondí, jodete nene, que te vaya bien (adentro) y así empezó la semana… una semana que me encontró en una noche de sinceridad absoluta con el que es mi General y amigo, refugiados ambos en el bunker, él último bastión de lo que fuimos, revisando el panorama y haciendo recuentos de bajas, heridas, el estado de la situación (el reporte de estado ya había sido hecho), y por primera vez desde que nos conocimos, dijimos al unísono, estamos rodeados… y es que quién no cuenta más que con un segundo de vida no tiene nada que disimular, quizás por eso, es que ambos nos tuvimos que juntar aquella nefasta noche donde la necesidad y un oído fue la excusa para aquella extraña reunión.
Necesito una tregua, es decir, ya basta, así no se puede seguir, créanme que no quise que esto fuera así, no lo busqué ni siquiera, sólo se fue dando; me gané el derecho a estar triste (yo me lo gané), acá nadie tiene la culpa, la cosa se fue dando así y ya!. Tal vez esté confundiendo el amor con otras cosas, a decir verdad no lo sé, pero sé que no puedo seguir en ésta situación, y en este trabalenguas que es mi vida, recién ahora estoy concluyendo algo, estoy recuadrando el resultado final de una fórmula que no dio el resultado que yo esperaba, ¿quién lo diría?, a veces la ecuación diferencial de la vida no dá el resultado esperado, o dá valores que asustan y demasiado.
Después de esto, me duele en el alma decirlo, pero no puedo seguir creyendo en el amor, o por lo menos no en el amor que siento. Y el tema creo que es ése, creo que nadie siente/sufre/entiende el amor, no lo comprenden, lo subvaloran, lo tergiversan, lo transforman en algo vano y con poco sentido, olvidándose que es la materia prima para vivir.
Y la verdad es que siento que no puedo ayudar a nadie, si te ayudo te haría mal, creéme que es así, si a mis 23 años estoy así, es por que evidentemente las cosas en las que creía, por las que luchaba, por lo que soy, no están del todo bien. Tampoco busco que alguien se ponga a desandar los laberintos de mi mente humana para hallar el acertijo y la respuesta que tanto daño me hacen, a decir verdad, no se lo deseo a nadie eso. Y loco, compendí ahora que no hay nada peor que la felicidad, cualquier cosa, por simple que sea la desquebraja.
Y la verdad me siento un General retirado, solo, sin ejército, pero General al fin, puedo dar testimonios de mis batallas, puedo contarles de algunas victorias y de algunos fracasos estrepitosos, puedo hablarle de conflictos y del temple, puedo contarles mil historias sobre obstáculos, así me fui animando y es que cuando el misterios es demasiado grande, es imposible desobedecer. Pero aquí me ven, frágil y desprotegido, muchos apagaron la mecha hace un tiempo, pero esto debería haber explotado antes, quizás esté pagando por cosas de mi pasado o de otra vida, pero descubrí recientemente que estaba cansado antes de cansarme, y lo triste es que ya había dejado un testimonio de ello. No puede ser que alguien que tenga tanto para dar, con tanta energía, sea incomprendido, termine muerto, sea el héroe que muere pobre y solo, no puede ser…
Nadie piensa en el otro, por eso pido una tregua, es una soledad muy interna la que siento. No es justo y esa es mi bronca, esa es la bronca que le tengo a la vida, aunque reconozco que nunca esperé mucho de ella tampoco.
Y esto es lo loco, me pueden crucificar mañana, y si te veo delante de mí, mi amigo, mi amigo de verdad, yo te voy a guiñar el ojo, por que fuiste uno de los pocos que comprendió o al menos se dignó a explorar un poco más en ésta burda masa humana que escribe esto, lagrimeando, con un dolor tan fuerte como el de un bisturí clavado en medio del corazón y de mi alma. Pero reconozco que si esto sigue así me va a ganar la vida, y si hoy en día sobrevivo, no me quiero ni imaginar lo que pasé cuando la vida me gane.
Y la concha de la lora, no quiero que sea así, no quiero que se castigue a aquellos que aún buscamos algo, que exploramos, que nos preguntamos, que sentimos distinto y que lo único que ganamos es soledad y descomprensión, pero el perder significa que ya no sirve el consuelo, de todas maneras termina mal la historia y con dolor, afirmo que no quiero que sea así. Por eso pido una tregua.
Estos días de cuasi depresión, pude entender que reconocer es signo de grande (o grandeza, como gusten), reconocer no es una enfermedad, es un avance, por más que duela, se sufra, se complique… lo triste es que nadie descubrió nada, lo descubrí yo solo, todo lo que me pasa ya lo venía pensando, averiguando, por eso es que reconozco que está mal mi filosofía, por que no me deja vivir, y es por eso que no puedo ni siquiera dar un puto consejo. Ésta fue una semana trágica, de replantearse cosas, y Dios, comprendé lo que hago, no me juzgues más; ¿y sabés qué es lo más triste?, es que no estoy tan desconfiado de lo que pienso/siento, es que simplemente es demasiado para mi.
Y ahora ya fue, a jugarse el todo por el todo por pensar así, no me garantizaré el éxito, pero diré acá estoy, forjando el éxito, o no. Es triste que un código tan lindo y distinto nadie lo entienda, y es loco, por que sólo hay que abrir un poquito el corazón (obvio que no es apto para cagones), y dejarse abrazar.
Y es que hace ya un tiempo que venimos hablando de lo mismo, y cuando uno habla de lo mismo es por que hay algo que no concluyó, que no pudo solucionar, y sinceramente ya no estoy apostando a ganar, lo siento mucho loca, no quise que sea así, pero capaz tenga que dar vuelta la página y de una vez por todas comenzar un capítulo nuevo, con otro nombre, otro tinte, otra historia que no sea esta que ya está gastada y harto repetida y lo más triste de todo, es que inconclusa y sin el resultado esperado.
Lo loco de todo esto es que nadie puede venir a decirme o recriminarme nada, sólo se dio así, yo no lo busqué ni lo quería, lo juro.
Y al final todo termina y empieza en el mismo punto, el amor, para bien o para mal, para vanagloriarse o morir de dolor.
Se acabó lo que se daba, se terminó la función, lamento haber actuado tan mal, les pido perdón por el mal libreto y la mala dirección artística, perdonen todo lo que leyeron, no crean nada de lo que les dije y pudieron creer que era verdad, demasiada pista para tan poco aviones, esa es la cruel realidad, y es irrefutable.