miércoles, 8 de septiembre de 2010

El remanso (segunda parte)…

Y vos no sabés lo que es el miedo Gastón, por que nunca lo sentiste como lo sentí yo en ese sueño… estábamos en el río, en una tarde que se estaba obscureciendo por las nubes, había muchísima agua, es que hacía casi tres semanas que no paraba de llover y por momento se formaban como olas, pequeñas obviamente… ¡Si ya sé!, te estoy cansando con mi relato, pero te suplico que lo escuches, quizás así entiendas mi enojo; la cuestión es que íbamos con Cecilia caminando por la orilla del río, que no era muy ancha, en una parte que no conozco cual es, pero había muchas plantas y el sol se estaba ocultando más allá del Cerro Napostá, llegamos a una parte donde el río hacía un remanso y se tornaba bastante profundo en ese lugar, como si hubiese un pozo grande; de repente apareció un cuerpo flotando, Cecilia salió corriendo y yo me quedé mirando ese cuerpo, ya casi no había luz y te juro Gastón sueño con eso desde aquella siesta antes de cenar.
Las cosas con Cecilia empeoraron de a poco, casi ni hablábamos, es como si hubiese una conexión, como si eso lo hubiésemos vivido juntos, pero no, yo sabía que era un sueño… tres meses después ella se fue de casa y no la volví a ver.
No hay día que no piense en ello Gastón, yo conocía ese cuerpo, pero no puedo lograr visualizar su rostro, cada vez que vuelvo a soñar lo mismo trato sin cesar de poder mirarle la cara y ahí me vuelvo a despertar, asustado, agitado. ¡Y no!, no es como vos decís que lo que tengo que hacer es ir a un psicólogo, por que no es un problema que me genera trastornos, los trastornos de sueño los tuve siempre antes de soñar con lo que te estoy contando. ¡Esperá!, no te vayas, que ya falta poco para que termine de contarte, luego podés irte a donde quieras y no volver si lo crees necesario, pero no te vayas sin que antes termine mi relato.