Tu sonrisa se convirtió en mi guarida,
refugio seguro de los días crueles.
Con cada día más heridas y menos tiempo,
pero en el fondo de mi pecho una voz susurra
por lo que nunca existió y jamás olvidaré.
Y así, en tus noches obscuras y
de frío siempre te voy a querer.
Cuando la ansiedad dice presente y
los días se vuelven grises,
piensa en mí y en algún lado estaré.
Vos, mi sueño y mi desvelo,
ese nudo en la garganta.
Aquel escalofrío que me invade
cuando pronuncian tu nombre.
Vos, mi recuerdo más bello,
mi travesía jamás concretada.
Mi utopía más contada,
la luz que evapora la escarcha.
No existe en la bahía, ni en mi país
princesa alguna, pero si bien se mira
existe una entre cualquiera,
mi musa preferida, mi tinta china,
mi papel en blanco donde fantasear.
Y acá va este poema que cual testamento
da cuenta de mi amor unilateral,
qué cual trago ya pasó,
disfrazándose de olvidar.
Cuando llueva en la mirada y
de la tristeza quieras huir,
pronuncia bajito mi nombre
y sola volverás a reír.
Y mientras papeles les ganen a piedras,
cual regalo de un poeta,
yo juego a olvidarme,
mientras el mundo avanza
y el frío de tu ausencia me invade.
refugio seguro de los días crueles.
Con cada día más heridas y menos tiempo,
pero en el fondo de mi pecho una voz susurra
por lo que nunca existió y jamás olvidaré.
Y así, en tus noches obscuras y
de frío siempre te voy a querer.
Cuando la ansiedad dice presente y
los días se vuelven grises,
piensa en mí y en algún lado estaré.
ese nudo en la garganta.
Aquel escalofrío que me invade
cuando pronuncian tu nombre.
Vos, mi recuerdo más bello,
mi travesía jamás concretada.
Mi utopía más contada,
la luz que evapora la escarcha.
princesa alguna, pero si bien se mira
existe una entre cualquiera,
mi musa preferida, mi tinta china,
mi papel en blanco donde fantasear.
Y acá va este poema que cual testamento
da cuenta de mi amor unilateral,
qué cual trago ya pasó,
disfrazándose de olvidar.
de la tristeza quieras huir,
pronuncia bajito mi nombre
y sola volverás a reír.
Y mientras papeles les ganen a piedras,
cual regalo de un poeta,
yo juego a olvidarme,
mientras el mundo avanza
y el frío de tu ausencia me invade.