martes, 11 de junio de 2024

Clinofilia…

La madre de los recuerdos es la nostalgia,
un manto suave que envuelve lo vivido.
Fallé en intentar comprender mi mortalidad y en apreciarla,
perdí la esencia de lo eterno en un suspiro perdido.
 
No me vieron llorar de verdad mis viejos,
oculté mis lágrimas tras una máscara de fortaleza,
mis amigos sí y hoy los tengo lejos,
la distancia teje hilos de soledad y tristeza.
 
Quizás nada nos vuelva a unir como en aquel entonces,
pero nos queda el recuerdo, un refugio en la tormenta.
En competencias inacabables, evadiendo la diáfana noche,
cual gladiador me enfrento a eso que me aterra y ata.
 
Estoy tratando de perdonar, quiero perdonar,
deseo liberarme del peso de las sombras.
Muerto de miedo tratando encontrar la paz,
anhelando la calma en medio de las olas.
 
Aunque no es relevante a la verdad,
el destino nos leyó las manos y nos bajó el pulgar.
Gesto decisivo y cruel,
hablo con mi insomnio de vos, en la obscuridad sin par.
 
Tengo miedo a desaparecer en el dolor,
consumido por las llamas del ayer.
Pero en la lucha por la paz, encontraré tu voz,
y en el perdón, juego a renacer. 

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