Cambio según la Real Academia Española (RAE) proviene del lat. tardío cambium
y significa la acción o efecto de cambiar.
Quiero dejar en claro que a continuación voy expresar mi parecer sobre los tiempos
políticos que acontecen en mi país, en el lenguaje más coloquial y de barrio
posible, imaginando que estoy en una sobremesa y no dando cátedras o exponiendo
competencias lingüísticas , de manera tal que está a tiempo de poder retirarse
e invertir su tiempo en mejores cosas que esta…
Desde la revolución francesa hasta ahora, en tiempos
modernos, por llamarlos de algún modo, pero haciendo especial énfasis en este
presente que nos toca vivir a nosotros, cuando hablamos de cambio, nos
referimos a la posibilidad latente de enfrentarnos a los privilegios ganados en
la historia por los poderosos, me refiero a la posibilidad de ir acrecentando
los derechos de los que menos tienen, siendo más claro, la chance de poner en
tela de juicio a la naturaleza misma de la sociedad capitalista, la sociedad de
consumo; entiendo yo que todo eso es el cambio… oponerse incluso a las
voluntades de aquellas naciones que en estos tiempos son las que generan las
crisis, las que producen las guerras, las que se encargan de vender las armas.
Sin darnos cuenta, todo eso forma un bando, junto a las corporaciones, juntas, son entidades que generan una gran injusticia, una gran desproporción en las distribuciones… y cambiar… cuando uno dice “cambiemos”, está refiriéndose a eso, está pensando, no desde ahora, sino desde hace 200 años, está pensando en eso, en enfrentar a todo aquello que genera injusticia.
Sin darnos cuenta, todo eso forma un bando, junto a las corporaciones, juntas, son entidades que generan una gran injusticia, una gran desproporción en las distribuciones… y cambiar… cuando uno dice “cambiemos”, está refiriéndose a eso, está pensando, no desde ahora, sino desde hace 200 años, está pensando en eso, en enfrentar a todo aquello que genera injusticia.
Creo que hace un tiempo en mi país se vivieron momentos
de ese cambio, se está viviendo ese cambio en muchos jóvenes y no tanto; ahora
pues, a Ud. puede que no le guste éste o aquel ángulo de gestión, es totalmente
comprensible, pero evidentemente estamos en un momento histórico donde ese
cambio se está produciendo.
Ahora bien, si Ud. le pone ese mismo nombre al retroceso,
si Ud. le pone el mismo nombre al movimiento que es volver a hacernos
conservadores, repetir el neoliberalismo más salvaje y encolumnarnos detrás, justamente
de los que están produciendo esos fenómenos a los que el cambio se opone, me ha
llevado a la conclusión que nos encontramos ante un fuerte problema técnico de
nomenclatura… llamamos cambio, justamente a lo que se opone, a lo que occidente
o el mundo entero está llamando cambio desde hace por lo menos tres siglos.
No sólo me parece raro, sino que a su vez me produce una
gran perplejidad, porque he vivido como espectador una gran lucha por los nombretes,
que resultó ser una parte importante de la lucha política en esta despolitizada
lucha política de los últimos tiempos, donde parece que primero prevalece el
que se apropia de una palabra, el que aparenta más felicidad ante un retruque o
el que acierta con los colores y me
preguntaba: ¿Por qué? Y la respuesta llegó simple y sin condicionantes, es
porque en realidad no hay una verdadera discusión política y me parece que
convertir una verdadera discusión política en una “no discusión política” resultó
ser uno de los grandes aciertos publicitarios del partido que hoy mismo
gobierna.
Cada vez que pronuncio la palabra cambio, siento que no
es mía, que la perdí con su verdadera magnitud, que les pertenece o se la
apropiaron otros, indebidamente, es como me que dijeron (aplausos de por medio)
bueno, tenemos que cambiar… y volviera todo al gobierno de Bartolomé Mitre… sin
dudas es un cambio, pero lo considero un cambio hacia atrás. De todos modos,
alguien me podrá decir, antes era todo mejor… Bueno, aprecio la observación…
empero, discutámoslo…
Al mismo tiempo de todo esto, aparecieron (o se reflotaron)
y la sociedad se ha apropiado de palabras y conceptos como pueblo o la figura
de Perón, que en los 90 no tengo recuerdos de escuchar tanto o tan fuerte como
ahora. Lo que voy a decir es con total respeto, pero verlo al Ing. Macri parado
al lado de un monumento de Perón, con su pose tan firme y aristocrática, sin
peronistas de cepa al lado suyo, me hizo sentir desubicado a mi, cuando a
priori, uno tiende a pensar que él debería serlo. Aa eso, amigos mío, a eso
mismo le tengo temor, a vivir en una perpetua desubicación, tengo que
acostumbrarme a vivir en un mundo de desubicación
y de reconsideración de cada palabra que salga de mi boca, quizás pensar en
Perón de otra manera o en la palabra cambio de manera diferente,
intelectualizar la palabra progresismo de otra forma y aprender a vivir un poco
raro.
No soy partidario de sembrar el miedo, más bien cosecho
el miedo que otros han sembrado, jamás propongo tener miedo, solo advierto que
hay algunas cosa que a mí personalmente me mete un poco de miedo, confesar el miedo propio no es
sembrar terror, eso quiero dejar en claro.
Si hay algo que debo confesarles, perdí la capacidad de
odio, tipos que están en las antípodas o son mi negativo personal, no puedo
odiarlos y siendo tan difícil vivir, que enojarse o ponerse mal, por los
motivos que sean, odiarse o decirse cosas para molestar al otro, me hace
preguntarme ¿Para qué?... me leo y no me creo mucho, pero con el tiempo uno se
conoce y llegué a la conclusión de que eso me hace más eficaz como persona.
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