La puta madre che!!!, a veces es re difícil darse a entender eh!!. El tema es así:
Hace unos días le dije a alguien que estaba por viajar a Buenos Aires desde el sur (Trelew) que tenga “buenos vientos y mareas” al viajar; el tema es que venía vía aérea, eso fue a la tarde. A la noche, al verlo a mi amigo Germán, le conté de éste comentario y el mismo, sabio, como pocas veces le sale, me respondió, ojalá lo haya entendido… y ahí viene la primera puteada, la puta madre!!!, seguro no lo entendió!. No es que lo tenga que entender tampoco, pero puteo contra mí mismo, por mi forma de hablar, por mis metáforas que nadie sabe entender, por mí forma de adjetivar a veces, en fin, me puteo a mí mismo y la verdad que con justa razón, ¿por qué mierda le tuve que decir eso?.
Yo no les voy a contar que soy un chabón que creció en los arrabales y que por eso es que uno se curte distinto a los demás, porque la verdad no es así, uno nace para apostar el cuero, sino mejor no haber nacido y la puta que es cierto. Pero, ¿será posible que sólo una persona (a veces unos pocos más) entienda mi forma de hablar/actuar?; ¿acaso es complicada la forma en qué procedo, me comunico?... tal vez la culpa sea netamente mía y ya… Pero por favor gente, usen un poco el cráneo, no puede ser que uno tenga que limitarse a decir: “tené un buen viaje eh!”, ¿dónde quedaron las competencias lingüísticas?; ¿cuándo fue que nos empezamos a pelear con el idioma?; ¿cuándo dejamos de lado a las metáforas y las cambiamos por el lenguaje chabacano y soez?.
De todas maneras, reconozco mi cuota de culpa, quizás, sólo quizás debo rebajarme a dialogar como lo hace la media y perder ese estúpido romanticismo dialéctico, romanticismo jamás reconocido y mucho menos comprendido, después de todo el romanticismo murió para darle el paso a algo más moderno, menos “romántico”, más contemporáneo.
Por favor, aquel que me conoce no me deja mentir, me gusta putear, hablo chabacanamente, me gusta muchísimo insultar, pero tampoco está bueno tener que explicar el significado de algunas palabras que involuntariamente me nacen al hablar…
Y así es como hoy muere una ilusión y nace un recuerdo, para variar un recuerdo malo, pero no muere la ilusión de que algún día alguien más de los que “reconocen” en mí esa efervescencia dialéctica que ya no exploto tanto como otrora, me diga: loco, terrible frase te regaló la intuición .
sábado, 31 de enero de 2009
miércoles, 28 de enero de 2009
Cuanto tenemos que aprender…
Estaba en la computadora la semana pasada y abrí mi casilla de gmail, allí me había agregado alguien que quería charlar un poco conmigo, acepté (aún tengo algo de esperanzas y algo de ánimo explorador remanente) y nos pusimos a conversar un rato, entre todo lo que hablamos, me preguntó sobre que me basaba a la hora de escribir lo que subo aquí cada semana, y la verdad es que las musas pueden ser cualquier cosas, sólo hay que estar alerta, hay que ser curioso y tener el oído, ojos, bah, los sentidos muy atentos y a veces, aunque la vida se pone difícil (sobre todo el año pasado), todavía es una canción de amor para mí… o eso trato de creerme.
El otro día vi la película “una mente brillante”, y me pregunté: ¿Cuánto de John Forbes Nash Jr. hay en cada uno?. Cada persona es un mundo y en ese mundo ingresa quien uno quiere (o lo inventa)… lo que más me llamó la atención de toda la película (más allá de su cuota de ficción) fue la esposa de John y como la mina lo fue bancando y ayudando en todo, eso hace que uno guarde un resto de esperanza en hallar esa piedra filosofal que cambia (o eso espera) la vida de uno. Pero me impactó el discurso que dio en la celebración de los premios Nobel de economía en 1994, donde profirió:
“¡Gracias! -Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y la lógica que llevan a la razón. Pero, después de una vida de búsqueda me digo, ¿Qué es la lógica?. ¿Quién decide la razón?. He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante … y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida. Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a tí. Tú eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. ¡Gracias!”.
Quizás la respuesta esté en la confusa y escalabrosa ecuación del amor, quizás esa respuesta necesito hallar, quizás esa respuesta sea mi salvación. De todas maneras es increíble cuanto amor falta, cuanto amor no correspondido veo últimamente, cuanto amor por dar, cuanto amor oculto, cuanto amor no emprendido, cuanto huevo falta poner, cuanto tenemos que aprender…
El otro día vi la película “una mente brillante”, y me pregunté: ¿Cuánto de John Forbes Nash Jr. hay en cada uno?. Cada persona es un mundo y en ese mundo ingresa quien uno quiere (o lo inventa)… lo que más me llamó la atención de toda la película (más allá de su cuota de ficción) fue la esposa de John y como la mina lo fue bancando y ayudando en todo, eso hace que uno guarde un resto de esperanza en hallar esa piedra filosofal que cambia (o eso espera) la vida de uno. Pero me impactó el discurso que dio en la celebración de los premios Nobel de economía en 1994, donde profirió:
“¡Gracias! -Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y la lógica que llevan a la razón. Pero, después de una vida de búsqueda me digo, ¿Qué es la lógica?. ¿Quién decide la razón?. He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante … y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida. Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a tí. Tú eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. ¡Gracias!”.
Quizás la respuesta esté en la confusa y escalabrosa ecuación del amor, quizás esa respuesta necesito hallar, quizás esa respuesta sea mi salvación. De todas maneras es increíble cuanto amor falta, cuanto amor no correspondido veo últimamente, cuanto amor por dar, cuanto amor oculto, cuanto amor no emprendido, cuanto huevo falta poner, cuanto tenemos que aprender…
sábado, 24 de enero de 2009
Milagros...
Al destino le gusta tejer historias entreveradas des vez en cuando, quizás por ello aquel cartero se habrá equivocado y dejó aquel sobre en mi casa, y tal vez a sabiendas que yo iba a ser tan curioso como para abrirlo y revisar el contenido del mismo. Lo cierto es que no estaba muy convencido al principio… Má sí, yo lo abro, me dije y así sucedió.
En su interior se encontraba la invitación a una exhibición de fotografía en el palais de glace, me decepcioné un poco al ver el contenido de la epístola, y poca importancia le dí. Pero Enero dijo presente y consigo un sinfín de personas viajando, disfrutando de las vacaciones y yo aquí, con calor y hastiado del cemento y de la ciudad gris. Así pues, aquel viernes me animé y fui a tomarme un bondi para ir a aquella exhibición.
Entré con la invitación “anónima” y medianamente elegante ingresé en el salón de exposición, me llamó la atención el tipo de iluminación, la cual mezclaba la iluminación indirecta con iluminación directa (decorativa) logrando un ambiente muy cálido y sin sombras. La música clásica hacia a la vez del colchón que amortizaba las charlas del salón. Cuando me fui al primer cuadro me enteré que se trataba de una muestra fotográfica de un tal Benjamín Guitierrez, el cual mostraba “la realidad de sus ojos”. Bastante pelotuda me pareció su realidad, a la luz de la verdad, mucho no entiendo de fotografía, pero no le veía demasiada dificultad a las tomas que realizó, pero tampoco entendí que era lo deseaba comunicar. De repente, se me acercó un camarero a ofrecerme una copa de Champagne que gustosamente acepté, recorrí el salón sin mayores interferencias.
Pero de golpe apareció delante de mi, la definiría (hoy que ya pasó un tiempo) como la mujer que destrozaba la noche, y estaba presa en un marco, prisionera de aquel rollo, atrapada en ese instante en el cual aquel Benjamín se chocó con la dicha de tenerla frente a él y fotografiarla. Me arrimé al marco y decía simplemente “Milagro”. Claro!, pensé, un Milagro tenerla delante de los ojos!. Me pasé al menos 30 minutos y tres copas de Champagne admirando la imagen, la luz era perfecta, los matices, el blanco y negro, aquel fondo que parecía ser una plaza o parque, todo era increíblemente armónico. Hola, me interrumpió una voz mientras admiraba la foto, Hola, repitió. Hola, devolví el saludo sin mirar. ¿Te gusta la foto no?, la verdad que salió muy bien; me respondió y al darme vuelta dejé caer involuntariamente mi copa (bochornoso), era ella... casi no podía disimular mi cara de sorpresa y lo colorado que me había puesto tras ver esa maravilla hecha persona.
Riéndose, me ayudó a levantar la copa y pidió dos más; se presento como Milagros (comprendí la originalidad del tal Benjamín), me comentó que ella no era adepta a el arte y sus vicios, mucho menos de la gente que va a esos eventos a criticar o adular a quien las realiza. Se sorprendió un poco cuando le conté cómo había llegado a ese lugar y al rato salimos a tomar aire, ella encendió un cigarrillo y me ofreció, pero con cara de tristeza le dije que ya no fumaba más desde hacía un tiempo, seguimos charlando hasta que se hicieron las 23.30hs., ya no quedaba nadie de la muestra y Benjamín pasó a saludar a Milagros y agradecerle que haya asistido, con un tibio apretón de manos se despidió y volvimos a quedar solos por 10 minutos más, hasta que decidió partir, le pasé el número de mi casa y me dijo que al día siguiente me llamaría rondando las 20 hs.
Y así fue, al otro día puntualmente me llamó, pero no la atendí, fue un milagro conocerla, pero mi cabeza y corazón estaban en otro lado…
espérons que lorsque vous êtes de retour, avoir le courage de vous dire Je t'aime.
En su interior se encontraba la invitación a una exhibición de fotografía en el palais de glace, me decepcioné un poco al ver el contenido de la epístola, y poca importancia le dí. Pero Enero dijo presente y consigo un sinfín de personas viajando, disfrutando de las vacaciones y yo aquí, con calor y hastiado del cemento y de la ciudad gris. Así pues, aquel viernes me animé y fui a tomarme un bondi para ir a aquella exhibición.
Entré con la invitación “anónima” y medianamente elegante ingresé en el salón de exposición, me llamó la atención el tipo de iluminación, la cual mezclaba la iluminación indirecta con iluminación directa (decorativa) logrando un ambiente muy cálido y sin sombras. La música clásica hacia a la vez del colchón que amortizaba las charlas del salón. Cuando me fui al primer cuadro me enteré que se trataba de una muestra fotográfica de un tal Benjamín Guitierrez, el cual mostraba “la realidad de sus ojos”. Bastante pelotuda me pareció su realidad, a la luz de la verdad, mucho no entiendo de fotografía, pero no le veía demasiada dificultad a las tomas que realizó, pero tampoco entendí que era lo deseaba comunicar. De repente, se me acercó un camarero a ofrecerme una copa de Champagne que gustosamente acepté, recorrí el salón sin mayores interferencias.
Pero de golpe apareció delante de mi, la definiría (hoy que ya pasó un tiempo) como la mujer que destrozaba la noche, y estaba presa en un marco, prisionera de aquel rollo, atrapada en ese instante en el cual aquel Benjamín se chocó con la dicha de tenerla frente a él y fotografiarla. Me arrimé al marco y decía simplemente “Milagro”. Claro!, pensé, un Milagro tenerla delante de los ojos!. Me pasé al menos 30 minutos y tres copas de Champagne admirando la imagen, la luz era perfecta, los matices, el blanco y negro, aquel fondo que parecía ser una plaza o parque, todo era increíblemente armónico. Hola, me interrumpió una voz mientras admiraba la foto, Hola, repitió. Hola, devolví el saludo sin mirar. ¿Te gusta la foto no?, la verdad que salió muy bien; me respondió y al darme vuelta dejé caer involuntariamente mi copa (bochornoso), era ella... casi no podía disimular mi cara de sorpresa y lo colorado que me había puesto tras ver esa maravilla hecha persona.
Riéndose, me ayudó a levantar la copa y pidió dos más; se presento como Milagros (comprendí la originalidad del tal Benjamín), me comentó que ella no era adepta a el arte y sus vicios, mucho menos de la gente que va a esos eventos a criticar o adular a quien las realiza. Se sorprendió un poco cuando le conté cómo había llegado a ese lugar y al rato salimos a tomar aire, ella encendió un cigarrillo y me ofreció, pero con cara de tristeza le dije que ya no fumaba más desde hacía un tiempo, seguimos charlando hasta que se hicieron las 23.30hs., ya no quedaba nadie de la muestra y Benjamín pasó a saludar a Milagros y agradecerle que haya asistido, con un tibio apretón de manos se despidió y volvimos a quedar solos por 10 minutos más, hasta que decidió partir, le pasé el número de mi casa y me dijo que al día siguiente me llamaría rondando las 20 hs.
Y así fue, al otro día puntualmente me llamó, pero no la atendí, fue un milagro conocerla, pero mi cabeza y corazón estaban en otro lado…
espérons que lorsque vous êtes de retour, avoir le courage de vous dire Je t'aime.
miércoles, 21 de enero de 2009
Escándalo…
A veces creo que un gran porcentaje de mi “odio” a los médicos es la espera en esas salas de un sólo uso… esperar. Y vamos che!, no es que sea una persona perseguida, o que no me guste socializar con los extraños, pero tienen algo especialmente molesto.
En fin, todo empezó aquel fatídico martes que tuve que ir a realizarme unos análisis de rutina a una clínica de la nueva obra social que tenemos, hasta ahí todo bien, pero bueno, siempre algunas cosillas pasan, el teléfono móvil que como está siendo una costumbre llevarlo conmigo, quedó olvidado en la mesa de luz de mi cuarto, bueno, para colmo y para finalizar, me olvidé aquel libro de lectura que tanto empeño le estaba poniendo y que más adelante llegaría a necesitar más que a nada en mi vida.
En la sala de espera había una persona mayor (hombre, de unos sesenta y pico de años), dos adolescentes (una chica de no más de 17 y un flaco de 18 aparentemente) que no paraban un segundo de deglutirse con sus lenguas, situación que incomodaba a el hombre mayor y dejaba sentir una cierta tensión en esa frágil atmósfera. Hacia mi derecha una chica muy extraña de mi edad se podría decir que se hacía la que leía y que cuando la oportunidad se presentaba me miraba de forma extraña, obviamente intercepté varias veces su mirada con mi mejor cara de idiota, pero al parecer no sirvió de nada en ningún momento ya que la operación volvía a repetirse con determinada frecuencia; y un poco más allá una señora de unos treinta años que se levantó a segundos de mi ingreso en aquel cuarto donde los minutos no cuentan para nuestras vidas.
Aburrido, algún cráneo se “dignó” a encender el televisor, ¿y qué es lo que había?, el programa cholulo por excelencia!. Al principio pensé que lo ignoraba, pero en cuestión de instantes me di cuenta que me había atrapado: Nazarena le respondió a Moria, que a su vez estaba peleada con Carmen. Carmen, le tiró una bomba a Giorgina quien se defendió con altura pero acompañada de Melina que se calcula estuvo con Nito en una situación comprometedora, a todo esto Jorge (el tío) ofrecía sus servicios de abogado-juez-verdugo acompañado de sus lacayos. Fue demasiado para mi, así que pensé en escuchar música… no había celular… pensé en leer algo… me había olvidado aquel necesario libro, decidí pensar en ella, pero desde que ella está en una habitación de mi mente, mis pensamientos hace ya un tiempo son recurrentes. Pensé que si quizás me quedaba viendo un punto fijo en aquella habitación me iba a distraer… no funcionó!.
Estalló el escándalo del verano profería una placa, justo en el momento de mi ingreso al consultorio.
En fin, todo empezó aquel fatídico martes que tuve que ir a realizarme unos análisis de rutina a una clínica de la nueva obra social que tenemos, hasta ahí todo bien, pero bueno, siempre algunas cosillas pasan, el teléfono móvil que como está siendo una costumbre llevarlo conmigo, quedó olvidado en la mesa de luz de mi cuarto, bueno, para colmo y para finalizar, me olvidé aquel libro de lectura que tanto empeño le estaba poniendo y que más adelante llegaría a necesitar más que a nada en mi vida.
En la sala de espera había una persona mayor (hombre, de unos sesenta y pico de años), dos adolescentes (una chica de no más de 17 y un flaco de 18 aparentemente) que no paraban un segundo de deglutirse con sus lenguas, situación que incomodaba a el hombre mayor y dejaba sentir una cierta tensión en esa frágil atmósfera. Hacia mi derecha una chica muy extraña de mi edad se podría decir que se hacía la que leía y que cuando la oportunidad se presentaba me miraba de forma extraña, obviamente intercepté varias veces su mirada con mi mejor cara de idiota, pero al parecer no sirvió de nada en ningún momento ya que la operación volvía a repetirse con determinada frecuencia; y un poco más allá una señora de unos treinta años que se levantó a segundos de mi ingreso en aquel cuarto donde los minutos no cuentan para nuestras vidas.
Aburrido, algún cráneo se “dignó” a encender el televisor, ¿y qué es lo que había?, el programa cholulo por excelencia!. Al principio pensé que lo ignoraba, pero en cuestión de instantes me di cuenta que me había atrapado: Nazarena le respondió a Moria, que a su vez estaba peleada con Carmen. Carmen, le tiró una bomba a Giorgina quien se defendió con altura pero acompañada de Melina que se calcula estuvo con Nito en una situación comprometedora, a todo esto Jorge (el tío) ofrecía sus servicios de abogado-juez-verdugo acompañado de sus lacayos. Fue demasiado para mi, así que pensé en escuchar música… no había celular… pensé en leer algo… me había olvidado aquel necesario libro, decidí pensar en ella, pero desde que ella está en una habitación de mi mente, mis pensamientos hace ya un tiempo son recurrentes. Pensé que si quizás me quedaba viendo un punto fijo en aquella habitación me iba a distraer… no funcionó!.
Estalló el escándalo del verano profería una placa, justo en el momento de mi ingreso al consultorio.
sábado, 17 de enero de 2009
Llueve en Roma, y en Viedma también...
Seguí colgado con la historia del faro che, debe ser re loco ir en un barco, en esas noches de tormenta (o no) y ver la luz del faro, guiando al lobo de mar hacia tierra firme o un buen puerto, a veces sueño con ese faro que algún día me guíe, también sueño con ponerle nombre a mi barco en algún momento, o sin ir más lejos encontrar a un timonel. Lo cierto es que el que escribe aquí soy yo y no quiero hablar de eso, al menos no en ésta vuelta. Les voy a contar una historia, bah, es verdad, no es un cuento, pero en fin, ustedes juzgarán.
A veces es inevitable pensar, leer, escuchar, mirar las historias que las personas tienen para contar y es re loco que a veces le pase a aquellas personas lo mismo, sin conocerse, sin saber una de otra y aquí va la primera coincidencia ayer llovió en Roma y en Viedma, casi al unísono, casi preparado, “casi”, nos dice a menudo el destino.
En Roma, Sara con 30 años y un sinfín de sueños ahogados y de ganas de vivir un amor de verdad, con ganas de enamorarse; en Viedma, Andrea, con un poco más de edad, y esperando exactamente lo mismo que alguien espera en Roma. Por otro lado estoy yo, que les cuento de ésto, aunque los nombres sean verídicos y las personas existan, no me voy a poner a dar más data de ellas, ya que de nada sirve, no suma, no resta…
Culturas, países, idiomas diferentes, problemáticas iguales y eso me recuerda que somos humanos, que sufrimos lo mismo, que sentimos igual (no tanto en algunos casos) y eso nos lleva a la segunda coincidencia.
“a volte il sentimenti e l'amore dipenderà di il incontro”
Y quizás la tercera coincidencia, es que a mí me pasa exactamente lo mismo…
A veces es inevitable pensar, leer, escuchar, mirar las historias que las personas tienen para contar y es re loco que a veces le pase a aquellas personas lo mismo, sin conocerse, sin saber una de otra y aquí va la primera coincidencia ayer llovió en Roma y en Viedma, casi al unísono, casi preparado, “casi”, nos dice a menudo el destino.
En Roma, Sara con 30 años y un sinfín de sueños ahogados y de ganas de vivir un amor de verdad, con ganas de enamorarse; en Viedma, Andrea, con un poco más de edad, y esperando exactamente lo mismo que alguien espera en Roma. Por otro lado estoy yo, que les cuento de ésto, aunque los nombres sean verídicos y las personas existan, no me voy a poner a dar más data de ellas, ya que de nada sirve, no suma, no resta…
Culturas, países, idiomas diferentes, problemáticas iguales y eso me recuerda que somos humanos, que sufrimos lo mismo, que sentimos igual (no tanto en algunos casos) y eso nos lleva a la segunda coincidencia.
“a volte il sentimenti e l'amore dipenderà di il incontro”
Y quizás la tercera coincidencia, es que a mí me pasa exactamente lo mismo…
miércoles, 14 de enero de 2009
Astrología china…
Te quise antes de tenerte, aunque eras tan sólo una utopia…
Me quedé pensando mucho en la historia del faro y del farero, el pobre sólo vivía para aquel faro y a veces creo que sólo vivo para eso que estoy esperando hace tiempo, aunque no estoy haciendo las cosas del todo bien, y eso a veces me preocupa.
Por momentos creo que hay un guiño cómplice, pero en otros momentos creo que la ilusión siempre juguetea y coquetea con esa utopía, como probando, como incentivando y sabe que eso siempre me gustó, me excita la idea, pero temo un posible derrumbe de la utopía, acaso, ¿quién no teme lastimarse?.
Te quiero antes de tenerte y eso es lo loco, eso es motivador y es motivo de temer también, y estoy viendo tu foto ahora y vos no lo sabés, o quizás nunca lo sepas… lo cierto es que te encuentro fascinante y provocativa, dulce, pero contundente, inteligente y frágil, digna de admirar y bella, a veces un poco ingenua pero de carácter sólido, idealista pero con ese toque de realismo que tanto te lastima… igual admiro esa nostalgia que sólo en pocas personas supe advertir.
Te quise antes de tenerte, aunque eras tan sólo una utopía y se acerca el momento en que podés (si consigo esa grandeza que no me abunda, y con tu visto bueno) convertirte en una realidad.
Me quedé pensando mucho en la historia del faro y del farero, el pobre sólo vivía para aquel faro y a veces creo que sólo vivo para eso que estoy esperando hace tiempo, aunque no estoy haciendo las cosas del todo bien, y eso a veces me preocupa.
Por momentos creo que hay un guiño cómplice, pero en otros momentos creo que la ilusión siempre juguetea y coquetea con esa utopía, como probando, como incentivando y sabe que eso siempre me gustó, me excita la idea, pero temo un posible derrumbe de la utopía, acaso, ¿quién no teme lastimarse?.
Te quiero antes de tenerte y eso es lo loco, eso es motivador y es motivo de temer también, y estoy viendo tu foto ahora y vos no lo sabés, o quizás nunca lo sepas… lo cierto es que te encuentro fascinante y provocativa, dulce, pero contundente, inteligente y frágil, digna de admirar y bella, a veces un poco ingenua pero de carácter sólido, idealista pero con ese toque de realismo que tanto te lastima… igual admiro esa nostalgia que sólo en pocas personas supe advertir.
Te quise antes de tenerte, aunque eras tan sólo una utopía y se acerca el momento en que podés (si consigo esa grandeza que no me abunda, y con tu visto bueno) convertirte en una realidad.
sábado, 10 de enero de 2009
El faro…
Situado en un extremo muy remoto del territorio en el que él vivía se encontraba su hogar y su trabajo. Los lujos no abundaban en aquel lugar, y el trabajo era siempre muy demandante y agotador a veces, pero él lo disfrutaba. A veces se daba el lujo de conversar con algunos pescadores que iban hasta ese remoto lugar en busca de los mejores peces y hasta entabló amistad con ellos, le decía cuando era conveniente que pesquen y en que lugares era especialmente conveniente para ello.
En verdad su trabajo en el faro era difícil, la estructura demandaba mantenimiento constante, las lámparas no siempre duraban lo que tenía que durar, el ruido que se producía cuando la lámpara se quemaba era único y él ya estaba acostumbrado a éste, el clima era siempre frío y las noches de tormenta eran las peores. Las olas azotaban sin cesar al faro en esas noches y lo único que podía hacerse era permanecer allí adentro y rogar que la tormenta pasara pronto.
Él amaba a su faro tanto como a la vida misma, sabía que una vez a la semana llegaba el barco con provisiones y jamás quiso tomarse vacaciones, sentía que había nacido para ese trabajo.
Los pescadores amigos de él me pidieron que comparta una imagen de su faro, ya que José al ser ciego, jamás lo pudo ver.
miércoles, 7 de enero de 2009
La isla...
Esquié en el cerro de la desesperación, patiné en la cornisa de la desolación, viví ocho meses (hace algún tiempo ya) en el barrio depresión, tuve como amigos al alcohol y la incomprensión. Sorteé los pozos de aire en el vuelo de mi alma, exploré la jungla de las mentes, me fumé los recuerdos en una noche de Fernet y amigos, asistí al país del amor por algunos meses, pero jamás conseguí (o supe conseguir) la visa.
La nostalgia puso su embajada en mis días, perdí la plata para mantener mis gustos, aunque me quedó para la propina. Navegué por los mares del olvido, en los mismos mares naufragué y en la desesperación llegué a divisar una isla en el horizonte y créanme que haciendo mi mayor esfuerzo, hice lo imposible por llegar.
Las olas se me reían en la cara, la salitre perforaba mis pulmones, el sol me azotaba como queriéndome frenar… pero con esfuerzo logré acercarme bastante, más de lo que hubiese esperado.
Y esa isla resultaste ser vos…
No quiero hacer los bolsos, lagrimear, hallarme solo en un corso y crear un recuerdo malo más. No quiero ser tu héroe, tampoco tu cartonero, no quiero más lágrimas, quiero sentir la esperanza que en este momento me abraza y me dice: vamos, es el momento!.
La nostalgia puso su embajada en mis días, perdí la plata para mantener mis gustos, aunque me quedó para la propina. Navegué por los mares del olvido, en los mismos mares naufragué y en la desesperación llegué a divisar una isla en el horizonte y créanme que haciendo mi mayor esfuerzo, hice lo imposible por llegar.
Las olas se me reían en la cara, la salitre perforaba mis pulmones, el sol me azotaba como queriéndome frenar… pero con esfuerzo logré acercarme bastante, más de lo que hubiese esperado.
Y esa isla resultaste ser vos…
No quiero hacer los bolsos, lagrimear, hallarme solo en un corso y crear un recuerdo malo más. No quiero ser tu héroe, tampoco tu cartonero, no quiero más lágrimas, quiero sentir la esperanza que en este momento me abraza y me dice: vamos, es el momento!.
sábado, 3 de enero de 2009
Le magicien sans magie …
Día a día el mago se encargó de recolectar cada uno de los materiales que precisaba, se esmeraba siempre en conseguir los mejores materiales, a veces se complicaba demasiado, a veces los conseguía de manera expeditiva, pero claro, siempre con la convicción de saber que pronto su sueño tan anhelado se haría realidad de una vez por todas.
Mucho debió estudiar y aprender aquel mago para saber con exactitud cuales debían ser los materiales y en aquel entonces (medioevo en Europa) algunos materiales eran carísimos o extremadamente difíciles de encontrar/conseguir, pese a todo, siempre puso su mejor esfuerzo y vaya que le salió bien.
Todas las noches se acostaba temprano para levantarse antes del amanecer para conseguir todo lo que necesitaba y en los pesos/dosis que él había estudiado. Alguna noche se “distraía” un poco y bebía un poco de whisky con resultados nefastos para su pobre cultura alcohólica.
Hasta que llegó el día en que tenía todo lo que necesitaba, se tomó el trabajo de pesar uno a uno los materiales y elementos que usaría para su experiencia, nada quedó librado al azar, todo fue medido, pesado dos veces, nada podía salir mal. Una vez conseguido los pesos y medidas, el mago se dedicó a clasificar uno a uno sus materiales/componentes, de forma tal que nada pudiera confundirlo en el trabajo arduo de crear vida.
Créanme, el mago quería crear vida, una vez me contó que se sentía muy solo y que por su oficio de mago, no podía vivir cerca de las grandes urbes, así pues, su hogar estaba en los apartados rurales, donde rara vez era molestado. Lamentablemente el mago siempre se sintió solo e incomprendido por las personas, así que una mañana se despertó con la idea de crear a un amigo, alguien que lo entendiera, alguien con quien compartir su pensar…en fin, ya saben, un amigo.
Uno a uno fue sumando los materiales y componentes y de nada sirvió, cambio de lugar las cosas, puso componentes que reemplazaran a otros, pero nada sucedía, pensó en agregarle fuego a la mezcla, a los alquimistas le sirve pensó, pero fue en vano todo esfuerzo. Frustrado pensó que sus estudios estuvieron mal, entonces volvió a estudiar todo de nuevo, aunque siempre le pareció raro, el 70% era agua… el resto era hierro, calcio, carbono, en fin… ya muchos saben esa parte, pues el mago también, al reveer todo nuevamente, se desanimó al observar que estaba todo correcto, así y todo volvió a conseguir los materiales/componentes que tanto necesitaba, volvió a realizar la experiencia, y fue en vano nuevamente.
Pero claro lo que el mago no sabía es que ni la magia más pura puede lograr el milagro de la vida… entonces el mago comprendió que tenía todos los componentes y materiales necesarios para crear a un humano, pero faltaba algo… y ese algo es lo que nos da la chispa y nos hace lo que somos… es el “fuego de la vida”. Historia triste sin dudas la de le magicien sans magie.
Mucho debió estudiar y aprender aquel mago para saber con exactitud cuales debían ser los materiales y en aquel entonces (medioevo en Europa) algunos materiales eran carísimos o extremadamente difíciles de encontrar/conseguir, pese a todo, siempre puso su mejor esfuerzo y vaya que le salió bien.
Todas las noches se acostaba temprano para levantarse antes del amanecer para conseguir todo lo que necesitaba y en los pesos/dosis que él había estudiado. Alguna noche se “distraía” un poco y bebía un poco de whisky con resultados nefastos para su pobre cultura alcohólica.
Hasta que llegó el día en que tenía todo lo que necesitaba, se tomó el trabajo de pesar uno a uno los materiales y elementos que usaría para su experiencia, nada quedó librado al azar, todo fue medido, pesado dos veces, nada podía salir mal. Una vez conseguido los pesos y medidas, el mago se dedicó a clasificar uno a uno sus materiales/componentes, de forma tal que nada pudiera confundirlo en el trabajo arduo de crear vida.
Créanme, el mago quería crear vida, una vez me contó que se sentía muy solo y que por su oficio de mago, no podía vivir cerca de las grandes urbes, así pues, su hogar estaba en los apartados rurales, donde rara vez era molestado. Lamentablemente el mago siempre se sintió solo e incomprendido por las personas, así que una mañana se despertó con la idea de crear a un amigo, alguien que lo entendiera, alguien con quien compartir su pensar…en fin, ya saben, un amigo.
Uno a uno fue sumando los materiales y componentes y de nada sirvió, cambio de lugar las cosas, puso componentes que reemplazaran a otros, pero nada sucedía, pensó en agregarle fuego a la mezcla, a los alquimistas le sirve pensó, pero fue en vano todo esfuerzo. Frustrado pensó que sus estudios estuvieron mal, entonces volvió a estudiar todo de nuevo, aunque siempre le pareció raro, el 70% era agua… el resto era hierro, calcio, carbono, en fin… ya muchos saben esa parte, pues el mago también, al reveer todo nuevamente, se desanimó al observar que estaba todo correcto, así y todo volvió a conseguir los materiales/componentes que tanto necesitaba, volvió a realizar la experiencia, y fue en vano nuevamente.
Pero claro lo que el mago no sabía es que ni la magia más pura puede lograr el milagro de la vida… entonces el mago comprendió que tenía todos los componentes y materiales necesarios para crear a un humano, pero faltaba algo… y ese algo es lo que nos da la chispa y nos hace lo que somos… es el “fuego de la vida”. Historia triste sin dudas la de le magicien sans magie.
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