La otra tarde pasó un compañero a estudiar, y en un momento vio en mi computadora la imagen de la chica que me gusta, extrañado preguntó quien era, le respondí que se trataba de la chica que me gusta.
¿Y cómo es?, indagó.
Y le respondí esto que les voy a contar a ustedes.
La chica que me gusta es normal, pero no tanto. Tiene cualidades muy lindas a veces, pero derrapa muy seguido con algunas actitudes. La chica que me gusta tiene certezas, como las tenés vos que lees esto, o como a veces las tengo yo, pero tiene más dudas y peguntas de lo que se anima a contar.
A decir verdad la chica que me gusta tiene más problemas (internos) por resolver que la mayoría de las personas que conozco, sólo que nunca lo dice, y si uno la descubre, comienza una baraúnda de subterfugios y artilugios que a uno lo deja mareado, a veces es preferible escapar y quedarse con la seguridad de lo que uno piensa y no de lo que ella justifica. La chica que me gusta es muy sincera, te dice las cosas de frente y sin rodeos, a veces le sale cariñosa, a veces le sale un puñal, a veces ni siquiera habla, obvio que me encanta cuando lo haces.
La chica que me gusta no tiene el color que me gusta ni bucles en el pelo, no tiene el color de ojos que me agrada, tampoco tiene una figura soñada, pero tiene historias que calla, un pasado por descubrir, un presente confuso y un futuro que planifica y no cuenta.
La cosa se complica cuando coqueteo con la chica que me gusta, de forma muy sutil trato de que no se de cuenta que lo hago, pero a veces creo que lo sabe, a veces creo que no se da cuenta, a veces creo que trata de ignorarlo, no he de negarlo eso me tiene aturdido, pero que más da, también es lindo vivir esa “duda” interna, aunque a veces se complica demasiado y uno busca señales o seguridades. A veces la chica que me gusta me convida un poco de su vida, a veces genera esperanzas, a veces me genera confusión, a veces me genera estupor.
La chica que me gusta tiene algo que pocas personas que conozco tienen, y es un factor común en la gente “atípica” que conozco y la verdad me genera admiración y no temo decir que admiro cosas de la chica que me gusta. La chica que me gusta es súper alegre, así como lo soy yo, pero esconde tras esa alegría aquella nostalgia que sólo algunos podemos ver a través de la mirada.
La chica que me gusta, coquetea pero no se anima a más cuando las cosas se calientan o salen de su control… aún no se si lo hace por instinto, por diversión o por práctica, pero les cuento que aún no comprendo su temor (a veces si ).
La chica que me gusta no sabrá de esto que escribo, y si lo ve, seguro no sabrá que es para ella.
La chica que me gusta es como el abrazo imposible de la Venus de Milo para mi, simplemente inalcanzable. Aunque me gustan los desafíos en mi vida, y ya sabiendo que seré perdedor, la chica que me gusta, sabrá a viva voz que me gusta vencer los desafíos.
Es muy probable que me diga que no logre conquistar su corazón, aunque quizás…
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