martes, 9 de julio de 2024

Éstos días sin vos...

Cuando ando rayado, pensando en todo,
buscando conclusiones en todo este lío,
no te encuentro, ya no estás conmigo.
Practicaste el perdón como designio divino
y acá estoy yo, solo, sin esperanzas.
Ya no tengo nada que dar,
ya no sé qué vale la pena hacer.
Los días que se pasan y
no me gusta ver como se desvanece la vida.
 
Si notas que todo lo veo más obscuro y opaco,
no te enojes, todo es más claro.
Cuando uno pierde a su padre,
pierde las raíces y se desestabiliza todo.
En este metegol acostumbro a perder,
esquivando los charcos de las veredas del destino,
rumbeando a la parada del bondi
que me lleve de nuevo a tu encuentro.
 
Mañanas pálidas y melancólicas,
a vece lluvia y un poco de sol.
Nunca valoro las cosas importantes
de la vida hasta que las pierdo.
Disfrazando con alegría todo este dolor,
en mi laberinto privado no es fácil salir.
A cara o seca con el destino y las tormentas,
mientras la ruleta gira, juego con las cartas sobre la mesa.
 
Con mis orgullos en blanco y negro,
cierro todas las puertas y
juego a ser un enmascarado.
Enfrentando cada noche sin dejar
que algunos recuerdos me envenenen.
Cómo un barco fantasma navego
buscando en la espuma tu imagen.

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