miércoles, 5 de julio de 2023

Ella, el tiempo y el mar…

En un instante efímero sucede, es el tiempo que nos atraviesa, sin poder aprehenderlo, su esencia se desvanece. Ella llora, sus lágrimas, caen a cuentagotas sin tregua, gotas que nunca caerán en el vasto mar que florece y lejano se encuentra.
El tiempo, misterioso, se escapa entre los dedos, intentamos comprenderlo, más se vuelve escurridizo. Sus lágrimas, como gemas, en sus ojos quedan presas, anhelando el océano, donde nunca encontrarán el abrigo prometido.
Las agujas del reloj marcan momentos fugaces, en el fluir constante, buscamos por instantes su significado. Ella en silencio llora, sus lágrimas casi invisibles, perdidas en el camino, caen inadvertidas, sin encontrar su destino.
El tiempo es un enigma, un río sin contornos, ella llora en silencio, sin alcanzar el mar azul. Las gotas cristalinas, su tristeza eterna adornan, pero nunca se mezclarán en el océano, ya que desafortunadamente perecerán con anterioridad.
Atravesamos el tiempo, sin poderlo comprender, y en su rostro afloran lágrimas, un llanto sin final. Esas gotas solitarias, nunca se mezclarán con el mar, una tristeza suspendida en el tiempo, sin escapatoria, ni final.
Ella intentó ir al mar y hundirse juntos, sintiendo al agua en su piel, buscó refugio. Mientras él se hundía en penas y desencantos, ella luchaba por encontrar su propio valor perdido.
¿Vale la pena intentar el dolor que nos lleva a descubrir quiénes somos? En esa encrucijada de lágrimas y desvelos, ella se cuestionaba, buscando ciega, horizontes donde naufragar.
El mar, testigo mudo de su conflicto, le indicó vagas sendas hacia la libertad y el olvido. Pero él, sumido en la oscuridad de sus tormentos, se hundía más profundo, sin poderse hallar.
La vida nos lleva por caminos inciertos, donde el sufrimiento parece ser el precio a pagar. Pero ella, valiente, se negaba a sucumbir en desiertos, y buscaba en el mar la fuerza para renacer y amar.
Quizás el dolor sea una guía hacia la autenticidad, una llave que desbloquea las cadenas del conformismo. Ella deseaba encontrar su propia felicidad, y en las profundidades del océano hallar su propio abismo.
Entonces, en su búsqueda de ser fiel a sí misma, decidió nadar contra la corriente y emprender, la búsqueda que supone que vale la pena luchar y renacer.

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