lunes, 1 de septiembre de 2014

A quien corresponda…

Este es un mensaje que pretende ser como el de un náufrago, escrito en un resto de papel para ser colocado en una botella y recibido por quien el viejo Rey Tritón señale como destinatario. Aprendí con el correr de los años a derrumbar mis rumbos, nunca he podido dejar de sentirme adolescente en lo que vá de mi vida, me resisto cada vez más a la idea de ya no serlo, a pesar que nunca lo fui del todo… mi mambo nunca fue el de los demás y eso me pesa ya sabe usted (lector habitué) que soy una máquina de quejarme de mi mismo, pero no me quedo ahí, en ese constante quejar pretendo abrazar la idea vanidosa de que algún día, llegue la iluminación que tanto espero y por fin pueda transmutar este mediocre metal. Ya sabe ud. que tengo por costumbre arruinar lo querido. Quémese después de leer.

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