Pasó el tiempo, anonadado miraba el monitor esperando que llegues. Pensé, si la espera es larga, lo mejor es perfeccionarla. Así fue como descorché un Shiraz-Bonarda y escuchando a “Darsham”, seguí esperando…
Larga se hizo esa espera, y nunca llegaste… nunca te ví, lejos estuve de presentirte al menos. Como consecuencia, me lleve a dormir a una botella a medio tomar, un par de bostezos, esto que escribí y las ganas locas de que hubieras aparecido.
No todos los días la inspiración llega, por más que uno la espere… tal vez mañana o pasado venga a acompañarme en la noche. Mientras en la ciudad todo es grís y los taxistas se cansan de bostezar, yo me voy a soñar un rato.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Encuentro nocturno
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