miércoles, 30 de julio de 2008

Kilómetro cero…

El no saber hacer supo hacer a Dios.

Desde que era un niño me sentí siempre un poco extraño en este mundo, una suerte de extraterrestre venido de otra galaxia, de otro tiempo. Me sentí sólo. Me sentí distraído. Me sentí deshecho.
Creo que aquellos quienes sienten al mundo grande, necesitan conquistarlo de algún modo, recorrerlo, verlo todo, necesitan andar mucho para llegar al borde (del mundo) y divisar, desde allí, la inmensidad, el infinito, el gran misterio que somos. Por aquel entonces "yo" sentía unas ansias enorme por huir, por salir de mi entorno habitual, por adentrarme y descubrir territorios nuevos, por vivir otras vidas (a veces no), por aislarme y romper lazos con todos, con todo. No sabía qué quería hacer con mi vida, pero creía que si no viajaba, si no recorría el mundo, no sería feliz.

El mundo no es el planeta, mas el mundo es lo que el hombre hace en el planeta, por eso existe el mundo fashion, el mundo del espectáculo, el mundo de los putos…

Esa voz interior que siempre me guía (para bien o para mal) de forma excéntrica, me hizo observar de inmediato, ante la ansiedad que sentía por un lado, y el desamparo o la falta de valor por otro, que mi camino era el opuesto en ese momento al de los demás. Me hizo comprender que mi límite no era físico. Mi límite era mi carencia, mi necesidad. Y quise aprender a llenarme.
Primero lo pensé bien un rato, luego encendí el motor… quien sabe lo que me espera… este tan solo es el relato de mi kilómetro cero.

sábado, 26 de julio de 2008

Uno más… uno menos…

Su amigo se lo dijo, simple y sin vueltas. Pero no podía ser, no tan rápido, tan desprevenidamente. ¿Cómo no lo había pensado antes?.

Todo esto sucedió una mañana y le cambió la vida.

Luego su mente atormentándolo… siguiéndolo hasta donde iba, no importaba donde, ese pensamiento lo perseguía y no había forma de escapar. Era muy importante no podía dejarlo tranquilo… sabía que no había vuelta atrás.

Todo giraba y giraba, empezó a sentirse un poco loco.

Y esto sucedió, luego de que su amigo le dijo que cumpliría veintitrés años.

miércoles, 23 de julio de 2008

Una vez…

Una vez supe, nada más besar a una persona, que quería estar con ella de por vida. A pesar de todas las dificultades que nos esperaban. A pesar de arriesgar amistades y crearme enemigos. En ese momento así lo sentí. Nuestra vida como pareja terminó después de algún tiempo. Pero si entonces me hubiese querido quedar, por miedo, sólo con ese beso maravilloso y eterno, no arriesgarme a emprender un pedazo vida juntos, pasara lo que pasara, me hubiese perdido una de las experiencias más bellas e iluminadoras de mi vida. Si hubiera metido la semilla en un cofre acorazado... el árbol no hubiese crecido y dado estos frutos de los que hoy también me alimento feliz. Todo se transforma en aliento divino si lo dejamos nacer, crecer, y morir.
Una vez supe, tener objetivos claros...

Una vez...

viernes, 18 de julio de 2008

Esperando en la trinchera…

El viento era insoportable… entendió el por que de la sensación térmica… no era una fiesta en donde se encontraba!, la inseguridad era total, los días pasaban y el no hacer nada mas que cuidar una posición ya se le tornaba monótono, más esperaba nunca tener que defender ese punto que le fue asignado.
Todo era tan frío... escalas de grises inhumaban los días... y las noches... no había noches... el miedo no los dejaba dormir... y el frío, ese frío, molía sus huesos, junto con sus pensamientos de anhelo por volver y melancolía que siempre está presta en esas situaciones.Apretados y todo, no podían enfrentar tamaño frío, pero las horas pasaban, los días se hacían eternos y él siempre quería volver a casa… estar con su madre, pelear con su padre y su hermano, ver a su abuela, estar con los tíos.
Él no se sentía el mejor, él no sabia hasta que punto estaba entrenado para la situación, solo conocía el amor y el juramento a su bandera, quizás eso le daba el valor suficiente para estar allí. Pensaba que mientras en Buenos Aires muchos estarían bailando y sin saber lo que allí sucedía… despreocupados de la realidad… de la soberanía, y de que él estaría defendiéndolos.
Cuanto me gustaría estar ahí (pensaba), despreocupado de lo que pasaba tan lejos. Y se la pasaba puteando al hijo de re mil putas del teniente que siempre aparecía con una orden nueva.
Un compañero le ofreció un cigarro y él que no fumaba lo aceptó… sin saber por que sintió la necesidad!.

De repente el cielo se obscureció, los relámpagos peleaban por ver quien era más luminoso y la lluvia cayó!, como la gran puta, la lluvia cayó, inundando la trinchera.

-Alvarez sacá el agua de ahí.

-Gutiérrez, vamos a sacar los cascos para aprovechar el agua!.

Mientras hacían lo posible, puteaban al puto UH-1H que jamás llegó con el agua y la comida que les habían dicho, y el teniente que se fue a la ciudad capital. De todas maneras, lo que más preocupaba era que Pesce volviera de Pto. Argentino con algo de comida y bebidas.
El amanecer lo descubre al lado de dos ovejas!, comida pensó, y no dudó en darle un culatazo con su FAL a una en la cabeza… la oveja lo resistió y se fue corriendo, mientras Duino disparó dos tiros mortales…. Minutos después llegó Pesce…

-Miren lo que traje!!!, dijo Pesce, mostrando una botella de Whisky y dos atados de cigarrillos.

-Sos un pelotudo, dijo Alvarez. ¿Qué mierda vamos a comer?.

-Comemos las ovejas esas!, dijeron Duino y Gutiérrez al unísono.

La desesperación lleva a que uno aprenda a carnear un bovino por intuición. El fuego ya era una ciencia harto sabida… aunque hacerlo bajo la lluvia se complicaba muchas veces, pero como que con el tiempo se aprendía.
Las noches pasaban, la lluvia a veces cesaba y se estiraba como se podía la comida y los cigarrillos… una mañana, el teniente llegó.

-Tagarnas!, prepárense!. En la capital me dijeron que el enemigo avanza hacia aquí!. Asíque su país quiere ver de que están hechos carajo!. Lamentablemente tengo que ir a arreglar unas cosas a Pto. Argentino, por eso voy a dejar a cargo a Alvarez de la posición. Sentenció…
Sin más se subió a un jeep y se alejó.
Esa noche se escucharon disparos…

-A sus posiciones!, gritó Alvarez.

El momento que nadie esperaba, para el cual no estaban preparados…


No soy un narrador ni un guionista, no. Siempre me resultó forzado. En todo caso podría ser un facilitador de historias. Historias que ni siquiera yo conozco hasta que están escritas, o hasta que dejan su estela en ti, por ejemplo. Al fin y al cabo... ¿quién escribe los sueños?.

Volveremos…

miércoles, 16 de julio de 2008

Un poco de mí…

Los planes no son más que caramelos para el futuro… de lo único que estoy seguro es que nunca salen como uno los planea.
Aún me acuerdo cuando viniste y me dijiste tengo que hablar con vos. Yo te pregunte: -¿Debo tener miedo?. A lo que me respondiste: -Cada día de tu vida. Jajajajaja!.
Y la vida siguió adelante y lo que me pasa es como la lluvia, solo pasa, hay que afrontarlo y si te gusta mojarte, disfrutarlo. Debo reconocer que Dios me dio un gran talento para escuchar, pero se le olvidó darme el talento para actuar. Debo ser su canal de terror favorito, o su película tal vez.
Nunca se sabe cuando todo lo que uno tiene (o proyecta) se va a desmoronar, es como tratar de saber cuan sólida es una roca. Todo tarde o temprano se cae, aún cuando parece estar seguro. Así actúa la gravedad, así actúa la vida.

¿Quieren saber de mí?: me cuesta ser feliz, no me gustan los cambios, pero me gusta enfrentarlos y salirme con la mía. Soy inseguro, miedoso, anhelo estar lejos del dolor, aunque a veces me acuesto con él. Trato de hacer las cosas mejor, de hacerlas bien, pero generalmente nunca me salen. Suelo dar más de lo que tengo, y así me he endeudado también. Muchas veces tapé mi boca y mi corazón por temor a decir te necesito, es así que la realidad de hoy me encuentra solo. Me especialicé en el rubro de la última mirada, por ello hoy ya no tengo nada que mirar. Suelo maniobrar en el entretejido de las palabras que tratan de expresar lo que uno siente en su corazón para bien de los demás, más nunca recibo de ellos lo que uno por motu propio decidió darles.

¿Me preguntas por un sueño?: la respuesta es fácil, la paz.
¿Me preguntas por un anhelo?: la respuesta será siempre el amor.
¿Me preguntas que pienso del futuro?: la respuesta es incertidumbre.
¿Me preguntas si tengo certezas?: la respuesta es pocas veces.
¿Me preguntas que hago en la vida?: la respuesta es improvisar.
¿Me preguntas que hago escribiendo aquí?: la respuesta es no lo se.
¿Me preguntas si aspiro a algo?, la respuesta es si, a ser cantante y escritor.
Ahora, si me preguntas, ¿Por qué escribís esto?: la respuesta se complica, pero siento y creo que es para vos.

sábado, 12 de julio de 2008

Experiencia estocástica…

La noche se apiadaba de su humanidad, era patético, le generaba una risa bastante nerviosa, tenía muchas cosas guardadas, eran batallas, botines de guerra, pedazos de su existencia… bombas que estallaban en su corazón. Los que lo odiaban y los que lo quieren (al menos eso decían/dicen) día a día le fueron llevando fotos nuevas de él.
Nunca estuvo muy convencido de hacerlo, nunca le gustó mucho, pero esa frase le rondaba en a cabeza: “Uno nace para apostar el cuero, sino mejor no haber nacido”, quizás eso fue lo que lo impulsó, a decir verdad aún es un misterio.
Salió de su casa, tomó un taxi y en el trayecto pensaba si estaba bien o si estaba mal lo que en un futuro (cada cuadra más cercano) iba a suceder. La inseguridad es algo que nunca toleró, más “el que no arriesga no gana” pensó, mientras su corazón aún debatía si era lo correcto o no. Su mirada se perdía en la ventanilla del aquel taxi, pero no observaba nada, las luces creaban sombras que en un momento intento descifrar como una suerte de subterfugio que no cambiaría en nada el dramático final.

-Llegamos!, repitió por tercera vez el taxista insistiendo para sacarlo de esa especie de trance en el cual estaba inmerso. Pagó y bajó del automóvil, se percató que era nuevito, justo como el que él quería, pero eso ya no le importaba.
Respiró profundo, miró hacia el frente y pensó que sólo 150 metros lo separaban de aquel funesto lugar. Caminó despacio, disfrutó del aire libre, miró la gran cantidad de autos estacionados, observó el llamativo decorado del cada vez más corto estacionamiento. A dos metros la entrada…
Mostró todo lo que llevaba, se dejó palpar y entró en ese mundo de luces brillantes y música ambiental, de la nada el alboroto general de la sala… Pandemónium dijo en voz baja (quizás por temor a ser escuchado) y caminó en círculos hasta que encontró la ventanilla que estaba buscando. Se paró en frente y atinó a volverse a su casa por donde vino. Entendió que ahí comenzaría su experiencia estocástica.

Nunca estuvo muy convencido de hacerlo, nunca le gustó mucho, pero esa frase le rondaba en a cabeza: “Uno nace para apostar el cuero, sino mejor no haber nacido”, quizás eso fue lo que lo impulsó, a decir verdad aún es un misterio.

Sacó su billetera y cambió todo el dinero que tenía encima ($200), inmediatamente y con una sonrisa una chica le dio dos fichas. Sin proferir palabra alguna se dedicó a dar vueltas por la enorme sala. Miró una a una las mesas, observó las caras de los Crupier y de los que en las mesas jugaban, hasta que se decidió por ir a la que tenía el número 7 arriba. Se sentó y un whisky le vino de cortesía.
La inseguridad es algo que nunca toleró, más “el que no arriesga no gana” pensó.
El Crupier hizo rodar la bola y los que estaban en la mesa comenzaron a hacer sus jugadas, él los miraba, los estudiaba, mientras bebió casi de un sorbo aquella medida de escocés que la providencia le envió. Miró el paño y al primer número que le apareció en la mesa le apostó un pleno.

-No va más. Dijo el Crupier.

Nunca estuvo muy convencido de hacerlo, nunca le gustó mucho, pero esa frase le rondaba en a cabeza: “Uno nace para apostar el cuero, sino mejor no haber nacido”, quizás eso fue lo que lo impulsó, a decir verdad aún es un misterio.

miércoles, 9 de julio de 2008

La constante que no varía...

Y la ciudad esta ausente hoy, o tal vez sea yo el que se ausentó, la cuestión no viene al caso ahora, aunque hago todo lo humanamente posible para seguir adelante (sin olvidar la palabra humanamente) y logrando que algunas cosas salgan bien y otras no de la forma esperada… pero terminan saliendo (a veces no).
Julio nunca es un mes fácil, es bien difícil de llevar, aunque genera alegrías, expectativas y casi a fin de mes provoca esa suerte de pequeño balance que se repite todos los 27 de cada año y que solo se compara con el del brindis y la llegada del primero de enero.

Este año si que se presentó complicado, y sé que lo más difícil aún no llegó, pero uno conoce gente todos los días y se proyecta… no de la forma que uno quiere (a veces si), y aunque este pájaro ya no cante más, en sus entrañas sobran motivos para volver a hacerlo, quizás para desahogarse, quizás para reencontrarse… quizás, solo quizás.

Me ofrecieron un negocio con mi corazón para vender las sobras y no lo he aceptado… pero aún queda mucho por delante: el sueño que aún no soñé, hacer el viajé que aún no planifiqué, dar el beso que aún no dí, hacer de esto una canción aunque ya no sepa como es que se hacía.
Y me acerqué al espejo y su mirada indiferente me dejó entrever que solo había una persona delante de él, el espejo no me miente, aunque me mire indiferente y en su imagen no te reflejas tú.
Los años pasan, las cosas cambian, todo sigue adelante pero hay una constante que nunca se altera ni varía y se llama Soledad.

sábado, 5 de julio de 2008

Removiendo escombros...

Removiendo algunos escombros
remanentes del pasado,
curioseando entre muchos recuerdos,
hallé algunas utopías de amor,
viejas canciones y escritos.
Encontré reboques y ladrillos,
cartas que jamás entregué,
cenizas que nunca encenderán,
algunos viejos y ridículos rencores,
ruinas plagadas de desilusión,
recuerdos de besos y vértigos.


Algunos recuerdos aún son llagas,
una suerte de invitación
inútil a que no haga nada.
Tierras baldías, pisadas sin huellas,
todas se encuentran en mi interior
en un arroyito con pobre afluente
que se llama corazón.

miércoles, 2 de julio de 2008

Codicia…

Carabelas pisaron tierra de Guanahaní , traían consigo sueños de estafa y de saqueo, el gusto por el oro y ansias de poder, ese es el cáncer que aún enferma al heredero, es la historia de una tierra condenada a padecer.
Me han hecho notar que antes se fabricaba y consumía cosas elementales para vivir, hoy si tu papá no te regala “ese” celular, sos un looser.
Ambición: ¿Quién nos vende la ambición?. Los medios!. Estamos manejados por la publicidad, si no tenés para comprar la lencería de Nazarena Velez no sos nadie, si no tenés el cuerpito de la Cirio, retírate, no existís!.
Más tengo, más quiero y la historia termina siempre siendo igual…
Ese es el cáncer que aún enferma al heredero.