Yo no sé cómo decirte
que te busco tras la cruel noticia
sumergido entre el dolor
y el recuerdo de viejos días.
Lejana queda aquella esquina,
Corrientes y Troilo es distinto,
ausencia perpetua allí sentada
sombras de risas y ecos de miradas.
Voy ida y vuelta del cielo
al innombrable infierno,
me pierdo en la poesía
y me escondo en lo no escrito.
Me supera la realidad,
te llamo entre llantos
y en la soledad de las serranías
no me es fácil aceptar tu pérdida.
Te busco por acá y por allá,
te presiento tras las rocas
y cada quebrada.
Te pienso entre las sierras,
rebusco redoblando la apuesta
y no te encuentro.
Perdido sigo navegando, buscándote,
seguro las luces del camino
me llevarán a aquella cortada
y al final de la esquina
aparecerás con tu abrazo y sonrisa.
No te hallo, ni me hallo,
solo, me quedo contemplando.
recuerdo al guerrero generoso,
admiro al amigo y confidente.
Te extraño y necesito,
me duele no saberte.
Esperame viejo, prepará todo,
cada día que pasa nos acerca.
Asoma una lágrima tras la sonrisa
contenida en la calma.
Esperame amigo, que estoy viajando
despacito hacia el reencuentro...
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