El grande de la música romántica ya no está, se fue un verdadero ídolo, ya no está más entre nosotros, te llevas mi aplauso por siempre y el eterno agradecimiento por ser la clase de persona que fuiste, grande de la música si los hubo, te vas a reunir con los mejores allá arriba, ya te imagino moviendo la pelvis como otrora o cantando una de esas baladas desgarradoras para el alma; esta gira no se termina cuando cada uno se muere, eso lo aprendí muy bien al verte ir. Un grande se junta con los otros grandes que están allá arriba… Sana envidia.
Cuando mire para el cielo veré una estrella muy luminosa con forma de rosa que saluda y sonríe y sabré que allí estás tú mirándome a mí y a tus nenas,
Gitano sé que brillarás en el cielo, como brillaste en la tierra, fuiste el ídolo de mi mamá e iluminaste la adolescencia de muchas mujeres y a medida que fui creciendo aprendí a respetarte como artista y como persona. Simplemente ¡Gracias tocayo!.
Ejemplo de lucha, la peleaste a brazo partido hasta el último minuto de
tu vida y nos diste a los tabacodependientes una gran lección para que
nos demos cuenta del terrible mal que nos hacemos minuto a minuto,
día tras día al continuar con esta maldita adicción, Adiós Don Sánchez, ya estás en la Gloria para toda la eternidad. La Gloria es el amor... y vos en eso fuiste un maestro. Durante tu estadía en la tierra muchos recuerdos dejaste. Fuiste felicidad para muchas almas, fuiste consuelo para muchos desconsolados. Ahora descansás, pero estás vivo en los muchos que te conocieron y eso sólo lo logran los grandes como vos.
Argentina, América y tus nenas se pusieron de pie y aplaudieron para despedirte .Tu país se paró para decirte hasta luego al igual que todo un continente, en alguna estrella estás (no paro de buscarte) y en el corazón de cada americano que te quiso y te va a querer por siempre.
Gracias Sandro, por cada poema convertido en canción, ¡gracias Gitano, hasta luego Sandro, te dice toda América!.
Realizaste el paso más difícil que se te pudo ocurrir, el paso de la muerte a la vida eterna, ¡ay! Sandro el cielo debe estar de fiesta, me imagino un gran recital con aquella voz impresionante que te acompañó siempre y le debes estar cantando a tantas almas que están allá contigo, me emociono de sólo pensarlo, te imagino de gira por allí junto a Dios y también a tus viejos, que orgullos deben de sentir lo que yo intento describir escribiendo y no me sale; saliste de gira, pero en este nuevo viaje te acompañarán eternamente.
Te imagino tocayo, en el cielo, repartiendo rosas y pétalos, naciendo una y otra vez en nuestras vidas y en las de aquellas que quieran conocerte, una estrella especial con forma de rosa que brillará siempre iluminando aquellos corazones, y estoy seguro que la rosa de tu corazón le dará fragancia a tu vida eterna.
Estás más vivo que nunca Roberto, en tus hermosas canciones, nunca te fuiste, aún estás con nosotros, ésto es tan sólo un hasta luego…
♫ "No quiero que me lloren cuando pase a la eternidad. Quiero que me recuerden como la misma felicidad"♫
Así será Gitano...
miércoles, 20 de enero de 2010
miércoles, 13 de enero de 2010
El Molino...
Una extraña y solitaria estructura se encuentra en un desolado sendero ubicado en los aparatados rurales del amontonamiento de la gran ciudad. Siempre en su eterna vigilia, es como el centinela de los sembradíos.
Sublime estructura construida con sudor, cemento y cal, refugio de peregrinos en las noches (y también los días) de tormentas, guía de los que enfrentaban travesías, siempre inmóvil en el correr de los años. Soportó vientos, lluvias, tormentas, calor, frío, sequías, inundaciones y nunca se quejó de nada.
Pude observar varias veces con fruición como disfrutaba del viento masajeando sus enormes aspas y como fruto de esto, de la tierra brotaba el agua que eliminaba la sed de vacas y otros animales, además de permitir la acción humana de regar las plantaciones.
Siempre inmóvil, siempre taciturno, dubitativo quien sabe en qué, su maltratada y abandonada estructura me indicaba que ya llevaba mucho tiempo en ese lugar.
Todos los días al atardecer lo iba a observar, no sé que es lo que me intrigaba tanto de ése molino. A veces con él nos poníamos a filosofar, otras veces juntos escribimos poemas y de vez en cuando, sólo nos quedamos mirando, más de una vez reconozco haber dormido una siesta mientras el cumplía con su labor. El sabe de mis secretos que nadie sabrá y seguramente nunca contaré y yo sé que él no soporta tanta soledad.
A pesar de todo, a ese molino le encantaba su labor, se sentía de veras muy útil, además con el tiempo comenzó a admirar la belleza sutil del campo y su naturaleza de trabajo, tradiciones; frente a él han corrido profanadores de gallinas, parejas enamoradas y criaturas extrañas que muy pocas personas llegaron a observar.
Hace una semana, vaya a saber por que motivo estructural o de resistencia de ese maltrecho material, sus aspas se desplomaron a tierra, producto de una de las peores tormenta eléctrica de su historia. Desde entonces el molino está triste a mis ojos, con un habitual insomnio y más desesperanzado que nunca.
Con el tiempo comenzó la sequía, los animales fueron muriendo y el molino se entristeció aún más. Sumido en la más cruel depresión con el paso de los días su cuerpo se desmoronó junto al llanto del cielo.
Un viejo escrito que comparto, ojalá les guste.
Sublime estructura construida con sudor, cemento y cal, refugio de peregrinos en las noches (y también los días) de tormentas, guía de los que enfrentaban travesías, siempre inmóvil en el correr de los años. Soportó vientos, lluvias, tormentas, calor, frío, sequías, inundaciones y nunca se quejó de nada.
Pude observar varias veces con fruición como disfrutaba del viento masajeando sus enormes aspas y como fruto de esto, de la tierra brotaba el agua que eliminaba la sed de vacas y otros animales, además de permitir la acción humana de regar las plantaciones.
Siempre inmóvil, siempre taciturno, dubitativo quien sabe en qué, su maltratada y abandonada estructura me indicaba que ya llevaba mucho tiempo en ese lugar.
Todos los días al atardecer lo iba a observar, no sé que es lo que me intrigaba tanto de ése molino. A veces con él nos poníamos a filosofar, otras veces juntos escribimos poemas y de vez en cuando, sólo nos quedamos mirando, más de una vez reconozco haber dormido una siesta mientras el cumplía con su labor. El sabe de mis secretos que nadie sabrá y seguramente nunca contaré y yo sé que él no soporta tanta soledad.
A pesar de todo, a ese molino le encantaba su labor, se sentía de veras muy útil, además con el tiempo comenzó a admirar la belleza sutil del campo y su naturaleza de trabajo, tradiciones; frente a él han corrido profanadores de gallinas, parejas enamoradas y criaturas extrañas que muy pocas personas llegaron a observar.
Hace una semana, vaya a saber por que motivo estructural o de resistencia de ese maltrecho material, sus aspas se desplomaron a tierra, producto de una de las peores tormenta eléctrica de su historia. Desde entonces el molino está triste a mis ojos, con un habitual insomnio y más desesperanzado que nunca.
Con el tiempo comenzó la sequía, los animales fueron muriendo y el molino se entristeció aún más. Sumido en la más cruel depresión con el paso de los días su cuerpo se desmoronó junto al llanto del cielo.
Un viejo escrito que comparto, ojalá les guste.
miércoles, 6 de enero de 2010
Trabajo (en) negro…
Con la abolición de la esclavitud en todo el mundo y con la llegada del modernismo varios cerebros habrán maquinado un plan muy convincente y funcional a los fines que ellos mismo buscaban, aunque claro, hubo cosas que no les salieron tan bien, pero no importa eso, total el sistema sigue vigente desde hace rato.
La cosa es más o menos así: con la creciente población en las ciudades, y como es sabido que donde hay grandes conglomeraciones de gente hay quilombo, los patrones (y gobiernos) cedieron “derechos” a las personas y lo primero que contentó al trabajador es la jornada de 8 hs. de trabajo, pero ahí está el asunto, el empleado nunca leyó la letra chica del contrato y feliz por sólo trabajar ocho horas, creyó que eso fue un avance, toda vez que el tipo trabajaría, podría volver a su casa y descansar unas ocho horas más con su familia y le sobrarían ocho horas más para dormir, así pues, sólo destinaría 1/3 del día en trabajar y dispondría de 2/3 para el ocio o descanso. Lo que nunca le dijeron a ese trabajador es que a esas horas de jornada de 8 hs. habría que sumarle 1 ó 2 hs. de viaje hasta su trabajo (el transporte público anda para el culo, el tránsito es un caos, los piquetes aumentan en forma exponencial) lo que conlleva a una eventual pérdida del premio por presentismo; ergo ya tenemos cuatro horas menos para estar en casa y disfrutar de la familia, leer un libro ó estudiar.
Luego de toda una travesía en los trenes que descarrilan, los bondis que no vienen y cuando vienen no paran por que están abarrotados de gente, el pobre laburante llega a la casa, pero tiene que salir a comprar algo para comer (o para la familia) así pues, se vá una hora más que podría usarse en algún esparcimiento, ya cansado, retorna a su hogar, se tira en el sillón y vé un rato el noticiero, pero hay que cocinar algo para aguantar el día de mañana, una horita más cocinando un pollo al horno con papas, ya que estaba antojado de eso, disfruta el hecho de poder tener dinero para darse tal gusto mientras come, cuando advierte la hora y se dá cuenta que necesita un baño urgente para poder dormir y al otro día volver a trabajar.
Una vez limpito y relajado se acuesta con la cabeza aún húmeda en su cama e intenta dormir, pero hete aquí que ese laburante tiene insomnio y sus ocho horas de sueño (ideales) ahora se ven penalizadas por ese factor y terminan convirtiéndose en cuatro horas de sueño (reales) y al día siguiente la historia se vuelve a repetir; moraleja esa pobre persona no labura 8 hs. aunque para el empleador y el gobierno si…
Anhelo con mucha esperanza el día que el propio ser humano destruya este sistema que él mismo creó y deje de basar las jornadas laborales en la simple rotación de la Tierra sobre su eje.
La cosa es más o menos así: con la creciente población en las ciudades, y como es sabido que donde hay grandes conglomeraciones de gente hay quilombo, los patrones (y gobiernos) cedieron “derechos” a las personas y lo primero que contentó al trabajador es la jornada de 8 hs. de trabajo, pero ahí está el asunto, el empleado nunca leyó la letra chica del contrato y feliz por sólo trabajar ocho horas, creyó que eso fue un avance, toda vez que el tipo trabajaría, podría volver a su casa y descansar unas ocho horas más con su familia y le sobrarían ocho horas más para dormir, así pues, sólo destinaría 1/3 del día en trabajar y dispondría de 2/3 para el ocio o descanso. Lo que nunca le dijeron a ese trabajador es que a esas horas de jornada de 8 hs. habría que sumarle 1 ó 2 hs. de viaje hasta su trabajo (el transporte público anda para el culo, el tránsito es un caos, los piquetes aumentan en forma exponencial) lo que conlleva a una eventual pérdida del premio por presentismo; ergo ya tenemos cuatro horas menos para estar en casa y disfrutar de la familia, leer un libro ó estudiar.
Luego de toda una travesía en los trenes que descarrilan, los bondis que no vienen y cuando vienen no paran por que están abarrotados de gente, el pobre laburante llega a la casa, pero tiene que salir a comprar algo para comer (o para la familia) así pues, se vá una hora más que podría usarse en algún esparcimiento, ya cansado, retorna a su hogar, se tira en el sillón y vé un rato el noticiero, pero hay que cocinar algo para aguantar el día de mañana, una horita más cocinando un pollo al horno con papas, ya que estaba antojado de eso, disfruta el hecho de poder tener dinero para darse tal gusto mientras come, cuando advierte la hora y se dá cuenta que necesita un baño urgente para poder dormir y al otro día volver a trabajar.
Una vez limpito y relajado se acuesta con la cabeza aún húmeda en su cama e intenta dormir, pero hete aquí que ese laburante tiene insomnio y sus ocho horas de sueño (ideales) ahora se ven penalizadas por ese factor y terminan convirtiéndose en cuatro horas de sueño (reales) y al día siguiente la historia se vuelve a repetir; moraleja esa pobre persona no labura 8 hs. aunque para el empleador y el gobierno si…
Anhelo con mucha esperanza el día que el propio ser humano destruya este sistema que él mismo creó y deje de basar las jornadas laborales en la simple rotación de la Tierra sobre su eje.
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